Clint Eastwood a partir de los 90 empezó a ser seguido y respetado, poco a poco se fue labrando una reputación de gran maestro. Lleva un ritmo impresionante de película por año y últimamente nos tenia embobados con joyitas como Mystic River o Million Dollar Baby o las dos versiones bélicas de la segunda guerra mundial, después de esto y a sus casi 80 años, se permite el lujo de hacer una película humilde y sencilla sin la trascendencia de la anteriores pero con el atractivo que solo un maestro sabe dar.

Gran Torino aunque se cimiente sobre un drama de los problemas de inmigración y las bandas callejeras, en el fondo esta llena de comedia y buenas intenciones.
Clint vuelve a interpretar a un tipo duro venido a menos con el paso de los años, con claras reminiscencias a Harry el sucio. Crea una vez mas un personaje entrañable con el que llegamos a tener complicidad y simpatía a pesar de su difícil personalidad, solo con verlo apuntar con el dedo casi te emocionas. Su particular vocabulario y singular personalidad te mantienen atento a cada situación.
Por poner algunos peros, digamos que el doblaje de los pandilleros es lamentable, además del de los asiáticos. También obviedad de algunos diálogos y situaciones.

Resumiendo, una película ligera, endiabladamente divertida y manejada a la perfección por un perro viejo que sabe un rato sobre esto del cine. También me gustaría destacar un final exquisito y en parte inesperado, con el aliciente de oír la voz original de Clint cantando, casi susurrando, en los créditos finales.