He aquí otro de los reflejos de una, todavía en período de desarrollo desde la aparición de la píldora anticonceptiva en 1960, revolución sexual femenina.

En los años 80, en Nueva York, ya existía operación triunfo, se llamaba Fama, una especie de sueño americano para "aprendices de artista" en la costa este. Tal vez por ello existía un repunte de jóvenes ansiosos por tocar las estrellas, formando un remanente en la oferta a estudios, productores, directores y demás empresarios del mundo del espectáculo, que cerraba la puerta a muchas ilusiones. No así a nuestro protagonista, capaz de adoptar una doble vida hombre/mujer para acceder a un puesto de trabajo y seguir alimentando el sueño. La irrupción de Dorothy en su nuevo trabajo, una serie de televisión tipo culebrón, supone además una bocanada de aire fresco para muchas mujeres relegadas a segunda fila en una sociedad machista, su espíritu independiente, decidido y directo es un ejemplo para sus compañeras de reparto y poco a poco, se expande con la popularidad de la serie.

Comedia muy entretenida y muy del estilo de las que se hacían en la época, para toda la familia.

Hay que destacar el genial papel del galán de la teleserie, un tipo de lo más curioso, un atontao del tipo Forrest con los modales de un lord, muy simpático.