En un principio creí que no me había enterado de nada pero..., pasa el tiempo y, en efecto, ya no lo creo sino que estoy convencido, ni puta idea. Pero mira, mola el agua y esos cenitales barriendo los charcos repletos de los objetos de otros viajes. Mola la claustrofobia esa a campo abierto. Molan los actores. El blanco y negro. Cómo se mueve la cámara. Molan un montón de cosas, qué curioso.

Creo que la zona interactúa en mi cerebro aún desde entonces y se transforma mi visión de la peli a cada momento. Constantemente en movimiento, moldeándose una y otra vez sin ton ni son. Ya lo verás, te va a pasar lo mismo, la zona atraviesa la pantalla y te come la cabeza, estás jodido. Y dentro de unos días cuando quieras ver Solaris y veas la cámara de Tarkovski filmando el sensual baibén de las plantas acuáticas en el río, al ritmo de la corriente, rozándose, acariciándose, violándose... en tonces creerás que formas parte de una secta, o que te toca otro tostón de esos que después de todo te gustan, incluso te van gustando más con el tiempo, tal vez porque los vas olvidando y eso es agradable, borras de tu mente esas dos horas y media de sabe dios qué. No, no te creas, creo que me mola. Vah, no sé, le voy a dar un 7 por no quedar mal y espero a futuras revisiones. De hecho si alguna vez se me ocurre revisionarla no lo haré, le subiré la nota a 9, ya que el mero hecho de tener la intención de volver a la zona es mérito indiscutible de la peli. No? Desde luego es una película original, si te pica la curiosidad cinematográfica, esta es de las tuyas.

Tarkovski y las drogas.

7