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Voto de cineoptero:
10
Drama. Comedia Basada en una historia real. En los años sesenta, Frank W. Abagnale (Leonardo DiCaprio) era un joven y escurridizo delincuente que adoptaba diversas identidades (médico, abogado o copiloto de líneas aéreas). Carl Hanratty (Tom Hanks), un agente del FBI, tenía la misión de seguir su pista y capturarlo para llevarlo ante la justicia, pero Frank siempre iba un paso por delante de él. (FILMAFFINITY)
6 de agosto de 2017
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Parto de algo al hablar de esta película que debo decir: no me parece Atrápame si Puedes una obra menor o un simple divertimento del director entre proyectos de más peso, como se lee tan a menudo sobre ella. De hecho creo que es una de las más equilibradas y en conjunto mejor acabadas películas de Spielberg en esta última y fascinante etapa de su carrera. Hace que lo complicado parezca sencillísimo con una habilidad pasmosa. Además de crear una ágil y juguetona comedia dramática que se ve con mucha facilidad, explora, de forma casi quirúrgica, una compleja y emotiva relación padre-hijo a través del trio Di Caprio-Walken-Hanks. Me conmueve toda esa parte. Pero también es a su vez un reflejo de una crisis de identidad generalizada por décadas en la sociedad americana desde los años 60 en adelante (ampliable a nuestros días), incapaz de madurar y con principios vitales dudosamente orientados. Fusiona con habilidad de relojero la comedia más elegante con el drama más íntimo, sin perder en ningún momento un sentido del ritmo envidiable, capaz de compararse sin complejos con la también magnífica Minority Report. Incluso esa pausada parte final, casi gris, sirve de reflexivo epílogo que da forma a lo visto anteriormente. Spielberg nos propone un juego, más serio de lo que aparenta, pero al que se entra sin darse cuenta y actitud despreocupada. Pero si se sabe mirar, puede calar mucho más profundo de lo esperado este drama de ese Peter Pan moderno. Una vez más cuenta con un grupo de actores muy creíbles y especialmente brillantes en el caso de Di Caprio, Hanks y Walken, esenciales para el feliz resultado. Maravillosa también es la banda sonora de Williams, muy psicológica, destacando el juguetón tema principal y el sentido tema del padre. Por supuesto, todo el resto del envoltorio tiene ese acabado perfecto y profesional de lujo made in Spielberg (inolvidables y geniales los títulos de crédito que al mismísimo Saul Bass habrían gustado). Soy consciente de que posiblemente tendrán que pasar años para que se acepte esta película como algo más que una simpática comedia ligera, sino como una de las grandes del director. Pero llegue o no ese momento, para mi es uno de los mayores placeres que el cine americano me ha dado en la década. Una película para ver y volver a ella una y otra vez con la misma ilusión.
cineoptero
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