Durante los últimos días he leído todo tipo de críticas sobre una película que, como ya sabréis, toma como excusa el hecho de que gran parte de la población crea (a estas alturas) que el hombre no puso el pie en la luna, para crear un "reprise" de la carrera espacial, esta vez contra un multimillonario sin escrúpulos que quiere hacerse con las ingentes cantidades de Helio 3 con las que cuenta nuestro satélite. Nota para algún crítico despistado que no se explica cómo podía entonces tener Carlson Helio 3 en su mansión: en la película deja claro que en la Tierra también disponemos de Helio 3, pero en cantidades mucho más escasas. Si en vez de estar haciendo acopio de bilis hubiera atendido un poco a la pantalla, quizá hubiera aprendido algo.

Con esta excusa matan dos pájaros de un tiro: dejan patente un problema grave de pensamiento crítico en nuestra sociedad y explican (incluso simplificada) la tremenda complejidad de la industria aeroespacial (dan ganas de hacerles la ola cuando se ve el exquisito mimo con el que han tratado instalaciones, equipamiento y naves).

Todo esto, además, con un ritmo frenético (quizá incluso un poco precipitado a veces, que no deja saborear con un punto de calma los puntos álgidos del guión) en el que las situaciones se suceden de forma coherente (en ocasiones dentro de un "universo infantil", pero coherente al fin y al cabo), de la mano de unos personajes que, pese a pasearse por algunos lugares comunes, lo hacen de una forma a mi juicio muy simpática y también bastante fresca. Por poner un ejemplo, tenemos a Amy como un personaje femenino que no es ni la princesa en apuros ni un "marimacho", sino simplemente una niña con las ideas claras.

Alguna de las críticas que he leído hablan de que no soportan a Marty, el "nerd" (alguna, en un alarde de objetividad, diciendo que simplemente porque no soporta a los pelirrojos). Para mí, Marty tiene tanto carisma que podría aguantar su propia serie: ingenioso, geek, y sobre todo, seguro de sí mismo pese a su físico e intelecto "poco ajustado a los cánones". Y subrayo ese "sobre todo", ya que no deja de ser un gran ejemplo de asertividad para las pequeñas audiencias que estén en una situación similar y puedan encontrar en él a un referente.

Una película que algunos tildan de "americanada". Porque habla del valor de la familia (quizá a esos críticos les abandonaron en un orfanato y esto les choca, quién sabe), o porque sale la bandera estadounidense y referencias a la carrera espacial estadounidense. Uno se pregunta si esa gente ha visto "Apolo 13" y también ha pensado que es una "americanada", o si se cree que uno llega a la Luna y se encuentra con una bandera española (eso si es de los que cree que llegamos a la luna, que igual tampoco), o si tiene una mínima idea de la industria aeroespacial y las pocas potencias mundiales capaces de llevar a cabo una hazaña como llevar a un humano de vuelta a nuestro satélite.

En definitiva, quizá sea (junto con "Del revés" pero en un área diferente) la película más didáctica a la par que entretenida que podemos disfrutar actualmente en la taquilla, y no sólo para pequeños (aunque de hecho, probablemente los pequeños aguanten mejor este título que "Del revés", que cuenta con demasiados guiños que sólo los adultos pueden disfrutar plenamente).

No se trata de un título perfecto, ni mucho menos, pero no tiene más defectos que otras películas del estilo. En ocasiones debemos hacer una suspensión de la credulidad (los menores lo tendrán más fácil) en asuntos como el tamaño de los trajes espaciales o la tecnología espacial -y robótica- de Carlson, con la que ya hubiera podido hacer negocio sobradamente, pero en definitiva, cualquiera puede decirme cuál es su película de animación favorita y le enfrentaré a unos cuantos detalles que no se sostienen sin poner un poco de nuestra parte. Dejando de lado esos momentos (que además también dejan cancha para que Gato se supere con la próxima), y subrayando las francas carcajadas que me ha arrancado en varios pasajes de la película, la conclusión de los pequeños que me rodeaban fue de que había sido muy entretenida (de hecho, al parecer sufrieron mucho en algunos momentos de tensión), y la mía que además han aprendido unas cuantas cosillas sin haberse dado cuenta. Por cierto, los noventa y pico minutos se nos pasaron volando a todos, incluso a los acompañantes que no les había terminado de encajar la temática.

Técnicamente, la película es un paso adelante brutal en lo que pudimos ver de Tadeo Jones. Alguna crítica hablaba de que el diseño de algunos personajes recordaba a "Los increíbles" (y lejos de ser un punto en contra, yo diría que es todo un halago para el equipo de diseño). A nivel sonoro (efectos y banda sonora) es simplemente perfecta. El doblaje (que a algunos les chirría), a falta de ver la película de nuevo en "versión original", es totalmente adecuado (y eso que iba con reticencias por la aparición de Rovira como Carlson, pero ha conseguido darle un punto histriónico-galán muy natural y creíble). Jenner, simplemente, lo borda. Y son los que el bombardeo mediático da más cancha, pero además habría que quitarse el sombrero ante el doblaje del abuelo o de Marty, que me han parecido soberbios.

Gigs y Gags, como informático, qué decir. Me partía con los guiños. Y me encanta Igor. Un híbrido entre Rango y Pascal (de Tangled) al que espero que no demasiada gente confunda con un camaleón. ¡Es un lagarto! Para mí, quizá la mejor escena de la película, dejando de lado el final, sea una suya.

Tengo ganas de volver a verla para poder disfrutarla "con más calma" esta vez, y eso es lo mejor que puedo decir de una película. Tiene ritmo, fomenta el pensamiento crítico, es instructiva, divertida... no sé qué más se le puede pedir.