Desde que empezaron a rodar sus primeros cortos, ya pensaba que Alfonso Sánchez y Alberto López eran dos pedazos de humoristas. "El mundo es nuestro" no hace más que confirmarme ese pensamiento y admirarlos aún más.

Lo primero que hay que tener en cuenta es la precaria situación económica a la que se enfrentaban, que tuvieron que tirar de financiación colectiva (crowdfunding) para conseguir un presupuesto más o menos decente. El resultado final, sin duda, no es proporcional a los recursos que tenían, y eso lo hace aún más elogioso.

"El mundo es nuestro" es una comedia descarada llena de verdades como puños. Hacía mucho que no veía una película que en cada diálogo veía un golpe a alguna parte corrupta de esta sociedad. Para los personajes secundarios se tira de tópicos, pero todo eso muy bien llevado.

La película apenas cuenta con tres escenarios y, aún así, tiene un ritmo brillante y no aburre en ningún momento. Se me ha pasado la hora y media en diez minutos. Alberto López es un estupendo actor, al igual que su compañero, Alfonso Sánchez, quien, además, se ha encargado de producir, escribir y dirigir. Un trabajo excelente en todos los aspectos.

Risas y denuncian dentro de un mismo paquete, envuelto en ese arte 'andalú'. Un aplauso para estos chavales.