Relación homosexual e interracial, feminismo, defensa de la inmigración... nada.
La narrativa está tremendamente desfasada, pareciendo una serie noventera en cuanto a cómo cuentan las cosas y los acontecimientos se suceden.
Tiene síndrome Agatha Christie; en el que sabes, desde que empieza el capítulo, que todo va a seguir el mismo patrón: un crimen, un acusado que resulta no serlo, un poco de mambo y ya todo termina bien.

Los casos siempre son planteados para hacer moralina: feminismo, inmigración, y un etcétera que podría resultar en cualquier manifiesto político (de izquierdas).

De verdad resulta muy repetitiva, hasta en la paupérrima variedad de escenarios (misma cárcel, misma sala de juicios y hasta mismos fiscales y jueces) para los diferentes casos que explica la serie.

Una chorradita más, aburrida y cuyo talento no va más allá de "tocar" los 3 o 4 temas político/sociales del momento para moralizar al personal. Por suerte será rápidamente olvidada.

P.D. ¿Cómo puede Roberto Álamo pasar de interpretar tan bien a Urtain y luego hacer esto? Está sobreactuado en cada puñetero segundo de metraje.