11 de septiembre de 2006
27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si con Annie Hall Woody Allen se consagró como una verdadera estrella del celuloide, 5 años antes creo una pequeña gran obra de arte sacada de sus propios guiones para el teatro.
Para mí, Sueños de un seductor es la obra maestra de este maestro judío y miope. Creo que acertó con esa idea tan brillante, alejada a los lios de matrimonios, amantes..etc, pero sin dejar de ser él en cierto modo, tan hipocondríaco y con crisis sentimentales. A esta gran idea de querer ser como Bogardt se le une la forma tan delicada de combinar en las escenas las personas de verdad, con los personajes que rondan los pensamientos de Allan Felix. Si a esto le añadimos un guión excepcional y
a Diane Keaton en una actuación de 10 y al propio Allen en uno de sus mejores papeles obtenemos este PELICULÓN , para mí, con mayúsculas.
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