Así podemos traducir esta película, como una pura locura.
Técnicamente la verdad es que derrocha imaginación, talento y originalidad, puesto que resulta muy efectista en realidad y usa grandes juegos de cámara e imagen, jugando un poco con nuestra mente y nuestros sentidos... y así lo logra.
Pero artísticamente la película vale bien poco. Si bien es verdad que Naomi Watts está grandiosa y Ryan Gosling es muy creíble; Ewan McGregor desencanta bastante en este papel.
En cuanto a la historia, personalmente la ví bastante absurda, en cierta manera predecible y muy "alborotada"... Más que una película parecía un experimento a gran escala de psicología, psiquiatría o sociología.
Ahora, a la dirección artística, aunque no lo vea de mi estilo, he de aplaudirle, puesto que consigue unos escenarios espectaculares, y el colorido usado tanto deslumbra como resulta chocante...