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Finlandia Finlandia · Alicante/Alacant
Voto de Kosti:
8
Drama Biopic que narra la extraordinaria vida del líder sudafricano Nelson Mandela, desde su niñez en una población rural y sus 27 años en prisión por activismo contra el 'apartheid' hasta su investidura como el primer presidente elegido democráticamente de Sudáfrica. Se trata de la increíble historia de un hombre corriente con grandes valores que se enfrentó al desafío de su tiempo y triunfó, un retrato íntimo de cómo se convirtió en un icono moderno. (FILMAFFINITY) [+]
18 de octubre de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El filósofo suizo Rousseau decía que “el hombre es bueno por naturaleza“, mientras que Thomas Hobbes estaba convencido de que “el hombre es un lobo para el hombre“. Lo que es cierto es que la maldad y la bondad son dos cualidades inherentes al ser humano, y cada uno, dependiendo del entorno y las circunstancias que le tocan vivir, decide nivelar su balanza hacia un lado u otro. Esta idea ha resurgido en mi mente gracias a ‘Mandela: Del mito al hombre’ (Justin Chadwick, 2013), la historia del primer presidente negro de Sudáfrica, la vida de un hombre entregado a su país y a una causa por la que mereció la pena perder casi un tercio de la misma recluido en una prisión. Una película que narra la historia no sólo de un hombre, sino de una nación conmocionada, un país aquejado, un estado en el que más de la mitad de la población vivía reprimida y aguantaba la represión, el odio, el miedo y la injusticia, hasta que no pudo más. Esta es la historia de Nelson Mandela y Sudáfrica.

Siempre tendemos a hacernos una idea preconcebida de la mayoría de películas cuando oímos hablar de ella o cuando vemos adelantos de la misma. Si se trata de una historia biográfica o biopic los prejuicios suelen ser mayores. Me duele afirmar que esta fue la sensación con la que partí al afrontar el visionado de ‘Mandela: Del mito al hombre’, pero también me alegra reconocer el error tan grande que cometí. Prácticamente desde el minuto uno comprendí que la figura que Chadwick nos estaba presentando, basándose en la autobiografía de Mandela, iba a conseguir emocionar al público, y así lo consiguió conmigo. Sería ilegítimo arrebatar ese mérito a su director, pero tanto o más como no reconocérselo al actor, Idris Elba, que realiza un trabajo sobresaliente por el que sólo podría romper en halagos. Elba consigue traspasar la pantalla y el objetivo que le graba haciéndonos creer que estamos viendo al mismísimo Mandela. Sus gestos de dolor, de alegría, de pena, de rabia, de arrepentimiento,… quedan reflejados en un rostro por el que va pasando el tiempo, una labor prostética que a ratos es bueno, pero que en su mayoría flojea. Chadwick además consigue incrementar el dramatismo de Elba con unos deliciosos primeros planos con los que no deja que perdamos detalle. Otra de las grandezas de este biopic es que, a pesar del título que se ha escogido en España, no mitifica la figura de Mandela, más bien al contrario, la desmitifica, la hace más humana y accesible, y eso, ante un personaje tan conocido como lo es “Madiba”, es un punto a su favor. Y si hablamos de trabajos interpretativos, el de Naomie Harris en el papel de Winnie Mandela no se queda atrás. Mayor personificación de la rabia y deseo de venganza que su marido, Harris se mantiene contenida en la primera mitad de la película, pero saca garra y pecho para lucirse cual pavo real y dejar clara su postura y presencia en la transición de su país, y es que no es difícil confundir personaje y actriz ante semejante interpretación.

Chadwick no sólo consigue que sus actores brillen, sino que, además, teje un fino hilo conductor que le lleva a contar una gran historia, una narración que le podría haber dado para horas y horas de metraje, pero que condensa de forma muy efectiva en escasos 140 minutos. Es por ello que puede dar la sensación de un ritmo atropellado, pero no es así. El director se centra en lo importante, e incluso le da tiempo a detenerse en detalles que, si bien no son fundamentales, resultan interesantes al espectador. Su ritmo es fluido y constante, y la historia consigue trasladarnos a la época y al lugar en el que acontecen los hechos. Sufrimos con sus personajes, pero también con la historia, referida ésta a la sucesión cronológica de hechos históricos, un espacio que ocupa más de 40 años en la vida de un hombre y su nación. Queda reflejado tanto el amor y el coraje como el odio y el miedo del ser humano, o de una sociedad hastiada; pero también podemos ver la barbarie y la desolación que la intolerancia y la ignorancia genera en el corazón del hombre, y es ahí cuando nuestros pensamientos nos hacen recordar a Rousseau, Hobbes y a sus contemporáneos. Si tuviera que definir ‘Mandela: Del mito al hombre’ con dos palabras serían conmovedora e inspiradora. Y como apuntó el propio Mandela, “el amor llega más naturalmente al corazón humano que el odio“, y damos gracias, una vez más, a Justin Chadwick y al propio Nelson Mandela por habernos enseñado a amar. Una vez visto esta película, no deberían perderse tampoco el documental ‘Complot para la paz’ (Carlos Agulló y Mandy Jacobson, 2013). Queda dicho.

Para aquellos que busquen la inspiración perdida o conocer más sobre una de las figuras más emblemáticas del siglo XX.
Lo mejor: lo bien que funciona su conjunto impulsado por unas actuaciones brillantes, una dirección sobresaliente y una banda sonora sublime.
Lo peor: una caracterización bastante pobre que estropea (sólo ligeramente por suerte) la mimetización de Idris Elba como Nelson Mandela.
Kosti
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