La verdad, he de confesar que esperaba algo más simple. Después de varios intentos con Danny boyle y comprobar que su cine no dejaba de desencantarme, en 2008 presenta esta historia... y me enamora.
Y es que una historia que en un principio puede resultar insulsa y carente de interés se convierte en la historia de amor más bella jamás contada y en un despliegue de medios y arte jamás visto.
El resultado final de Slumdog Millionaire descubre una fotografía magnífica, un montaje perfecto, una trama coherente e interesante, unos personajes calibrados y bien diseñados, unos escenarios preciosos... y toda una técnica pulida al servicio del cine.
Si además de toda esa técnica sumamos el lado artístico y humano que esta película desprende, encontramos una pequeña joya salida de los barrios de Bombay...