Este es un ejemplo de cómo enterrar y boicotear una película mexicana que presenta una historia y un guión verdaderamente interesantes.

Los distribuidores de cine en Uruguay deben considerar que México queda en Saturno o en una de las lunas de Júpiter porque aquí ni nos enteramos de sus más interesantes producciones. La única referencia que tenía de esta obra es que fue aclamada por el público en el Festival de Huelva. Y ahora, más allá del gran y estimable esfuerzo de un amigo que me regaló el DVD de "La Carga", la versión comercial (ojo: no es una copia pirata) que contiene el disco parece estar grabada en 21 fotogramas por segundo y todo el metraje tiene permanentes "saltitos" y aceleraciones; el 40% de los diálogos están hablados en idioma indígena sin doblaje traductor ni subtítulos, por lo que se pierde gran parte de la trama que (por la gestualidad) parece hacer referencia a un drama de venganza , celos y epidemia; y además la protagonista española tiene ese "no sé qué" como diría el tango, de hablar como susurrando en un hálito de murmullo y "siseando" las eses, las ces y las zetas haciendo que la comprensión auditiva sea una verdadera tortura, que sólo se alivia cuando el elenco mexicano hace comprensible las líneas que les tocan en suerte.

Una superproducción con gran recreación de época, magnífico vestuario, hermosísima fotografía y mejor banda sonora al servicio de una historia que uno mismo debe armar para hacerla comprensible. Tal vez se pueda hacer reparos en el casting masculino de los intérpretes indígenas que parecen ser modelos de "fitness" recién salidos del gimnasio de musculación. A pesar de todo, vale la pena hacer el esfuerzo de verla para apreciar (dentro de lo que se pueda) una historia del colonialismo y del sometimiento a los pueblos aborígenes americanos