Cuando vas al cine, ¿qué esperas ver? El cine está considerado como el 'séptimo arte', no por gusto o decisiones unilaterales, sino por películas como esta. Isle of Dogs es la demostración empírica de que existe arte en el cine.

Wes Anderson vuelve a crear una obra maestra de principio a fin, y van tres seguidas. Ya en 2009 experimentó con el Stop Motion con buenos resultados, aunque algo le faltaba a Fantastic Mr. Fox para considerarla perfecta.

Anderson reúne en esta ocasión a un equipo excepcional mixto, japoneses y anglosajones, para contar otro maravilloso cuento. Porque eso es lo que hace, es el mejor cuentacuentos del cine.

Su trabajo como director y guionista van más allá de lo rutinario. No hace cine comercial, aunque tampoco es totalmente indie. Hace el cine que quiere hacer, cueste lo que cueste, venda o no venda. Y su atrevimiento es digno de elogio, dando como resultado un tremendo derroche de originalidad y creatividad, sin miedo. Se ha ganado una buena fama merecida, poco prolífico pero de una calidad incuestionable.

En esta película podemos ver amor y pasión; en cada plano, en cada secuencia, en cada instrumento musical, en el trato a la cultura japonesa, en la visión que tenemos de los perros, en el guión, en la presentación de los personajes y su transcurso, en el arte...

Amor y pasión. El cine no es solo un lugar donde desconectar el cerebro y olvidar la película que acabas de ver tras finalizar los créditos.