Y es en ese formato como más se aprecia la grandeza de David Lean dominando con la cámara los espacios desértico, con una fotografía impactante y una banda sonora que aumenta la sensación de soledad y de épica que rodea la controvertida vida del coronel Lawrence.
Son la fotografía y la banda sonora, junto a la actuación de Peter O`Toole (que parece nacido para dar vida a Lawrence) las que hacen grandes a la película. Sobre el actor, decir que capta a la perfección la compleja personalidad del Lawrence histórico, yendo mucho más allá de la leyenda que lo rodea, y son sus amaneramientos, pues el actor era homosexual, los que dan el toque de ambigüedad que rodea para siempre la controversia de si la figura histórica era gay o no.
Decir que aunque es un biopic, la película se centre especialmente en su papel durante la Gran Guerra, cuando encabezó la rebelión árabe. Al ser una película de 1962, no contiene la famosa escena donde se sabe que Lawrence fue hecho prisionero por los turcos y torturado, y parece ser que violado. Aquí se limitan a mostrarnos como lo azotan y dejar que la imaginación del espectador vuele, mientras asistimos a la transformación de Lawrence.
Enamorado del desierto y de la cultura beduina, supo ganarse la amistad y la confianza de los jeques, simplemente siendo uno más, uno más y siempre el primero a la hora de exigir sacrificios.
aunque dura cuatro horas, no tiene desperdicio, con dos primeras horas para mostrarnos al detalle la personalidad del aventurero, y otras dos horas recreándose en batallas y escaramuzas, mientras lideraba la rebelión.
Tiene escenas grandiosas, con cantidad de extras y bien filmadas, como la toma de Akra, el asalto al tren o el combate final. En estas escenas la película adquiere tintes de super-producción, dejando de lado los momentos en los que profundiza en el retrato psicológico del protagonista o en la narración de los acontecimientos históricos y el ambiente existente en la península arábiga durante la Primera Guerra Mundial.

Como aficionado a la historia, sólo se pueden hacer hipótesis y ficción, de cómo sería la actualidad de Oriente Medio, de no haber existido Lawrence, pues tras la salida de los turcos de la península arábiga, y el descubrimiento de petróleo, esos países acabarían bajo la influencia de Occidente, dando lugar a docenas de guerras menores.