Un auténtico drama centrado en la vida de Jake la Motta, Un boxeador que pagó el precio del éxito cuando empezó a ser tan bruto fuera como dentro del ring. La relación cada vez peor con su hermano y manager, y los celos en aumento hacia su esposa.
Ambientada en los años cuarenta y cincuenta, Scorsese decidió rodar en blanco y negro para dar mayor realismo. Aunque se nota que la producción no es espectacular, De Niro vuelve a clavar el papel, dando vida a un personaje que ya es historia del cine. A medida que Jake se desquicia más y más vamos viendo a un De Niro superlativo. Una caída a los infiernos que hemos visto muchas veces en deportistas de éxito.
Aunque se centre más en el drama familiar que en el boxeo, siendo muchas veces escasas las escenas de boxeo, la película aprovecha esas ocasiones para hablar de la corrupción y los amaños tan frecuentes en ese mundo.

Aunque es una gran película, le sobre cierta frialdad y le falta emotividad en momentos claves de la vida de Jake La Motta, cuando pierde el título de campeón o cuando le vemos perder los estribos con su mujer, por ejemplo. Aunque sólo por ver el trabajo de caracterización de De Niro, merece la pena ver la película.