Desde luego es indudable que Reino Unido no sólo se ha especializado en el género, es que todos los años entrega varias series más o menos similares, con ligeras variantes y todas ellas lo bordan. Aunque no debe ser difícil con esos pedazos de actores. Stellan Skarsgård y Lesley Manville, simplemente están de premio.
La miniserie, de momento está en el aire una segunda entrega, da un nuevo giro de tuerca al concepto del thriller policíaco protagonizado por un policía con evidentes problemas psiquiátricos. La serie recuerda mucho en su concepción a "Broadcrurch" o "Happy Valley" sólo que a la Sarah de aquella, la sustituye el detective River.

Un detective que ha sufrido la pérdida de su compañera, asesinada, y cuyo cadáver no ha sido hallado, River, vive obsesionado con el caso, hasta tal punto es su obsesión, que sufre continuas alucinaciones donde dialoga con su compañera, y no sólo sufre visiones de ella, sino también de otras personas implicadas de algún modo en el caso. Encima le ponen nuevo compañero, un policía de origen árabe, que irá viendo a lo largo de los capítulos, la psicosis en que vive River, el cual se empeña en hacer equilibrios para que sus jefes no se den cuenta de hasta que punto está volviéndose loco.

Desde luego a estos ingleses no se les acaban las variantes en el género, construyen unos personajes magistrales y todo ello envuelto, como no, en una producción muy cuidada.