Se trata de una serie francesa sobre la DGSE, parecido al CNI español, y uno de sus departamentos más complejos, la de infiltrados. Básicamente trata sobre las dificultades para mantener las identidades ocultas de espías en países del oriente medio. Sobre esta base, se narra la epopeya de Paul Lefebvre que tras una exitosa misión de 6 años en Siria, vuelve a París, a su vida normal. Sin embargo, una historia romántica le hace retomar su identidad anterior, algo totalmente prohibido, y la lía parda.
El guión es trepidante, la trama muy bien urdida, la producción y escenarios es del nivel de las series americanas como Homeland y las interpretaciones son creíbles. Llega un momento que no quieres parar de saber lo que va a ocurrir a continuación y puede que te quites horas de sueño por seguir viendo capítulos.
La primera temporada y la segunda son muy buenas porque todo lo que ocurre es creíble y el guionista no se saca trucos de repente y todo es bastante congruente. El resto de las temporadas se mantienen muchas cualidades positivas de la serie pero la trama no es tan creíble y a los personajes les ocurren cosas bastante improbables para salvar la situación.
Otro aspecto a destacar es que no tiene escenas de violencia apenas y que la parte de acción, aunque no muy abundante, están bien conseguidas y tienen mucho suspense.
Mi puntuación es 9 pero esa nota tan alta sólo valdría para las temporadas primera y segunda, el resto sería un 7 más bien. Globalmente a la serie le pondría un 8.5 pero filmaffinity no tiene decimales.