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España España · Albacete
Voto de Catholicvs:
7
Drama Una joven crece en una familia disfuncional de nómadas inconformistas, con una madre excéntrica y un padre alcohólico que distrae a los niños con su imaginación para que ignoren su pobreza. Basada en las memorias de Jeanette Walls. (FILMAFFINITY)
5 de marzo de 2019
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en hechos reales, “El castillo de cristal” narra la infancia de la periodista Jeannette Walls marcada por unos padres errantes, “okupas” y fugitivos de los acreedores, la policia y los servicios sociales.

La película no idealiza al moderno Robinson, “indie“ antisistema, sino que refleja cómo detrás de la inadaptación social hay drogadicción o cuando menos inmadurez y narcisismo patológico, la no aceptación del mundo que a cada ser humano toca vivir, una huida que hunde sus raíces en heridas afectivas de la infancia sin cerrar, terribles en el caso del alcohólico padre de familia que encarna Woody Harrelson.

Los cuatro vástagos de los Walls carecieron de una residencia fija, vivieron la insalubridad, padecieron necesidades básicas, un padre alcohólico y una madre irresponsable, vivieron situaciones muy duras, no tuvieron amigos del “cole”... ¿Qué salvó entonces a estos niños de un destino peor? ¿Cómo acabaron eligiendo libremente ser personas de provecho para la sociedad? La película refleja que el matrimonio Walls tiene algunas virtudes importantes en los padres educadores: a su modo, quieren a sus hijos (les dedican tiempo) y cuidan su intelecto (son homeschoolers), dan a sus hijos un ejemplo de coherencia (viven como piensan, no piensan como viven), se perdonan y permanecen unidos, han sido generosos con sus hijos (dándoles hermanos) y no los han educado en la cultura de la abundancia y el deseo.

Otro aspecto bien reflejado es lo injustos que son los hijos juzgando a sus padres. Solo la muerte, la madurez y descubrir que tampoco nosotros somos perfectos nos hace ser más indulgentes.

Woody Harrelson borda un personaje dificilísimo, atormentado y vitalista a la vez, superdotado y disfuncional, detestable y soñador, alcohólico y luchador. Brie Larson resulta muy convincente, de niña también fue “homeschooler” y en una entrevista reveló que no se habla con su padre.

En el lado negativo, se echa en falta un metraje más reducido que te piden películas tan dramáticas.

Juan Pablo II definió la familia como “el centro y el corazón de la civilización del amor” y la
película viene a demostrar que ciertamente estamos ante una institución natural CREADA para humanizarnos y para sobrevivir incluso en las peores circunstancias. Como la vida en el desierto, la bondad, ese trozo de Dios que llevamos dentro, siempre es capaz de brotar en forma de perdón o redención en la familia.
Catholicvs
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