Interesante obra del cine indio que sorprendentemente nadie ha valorado todavía en filmaffinity, así que vamos a escribir unas pocas lineas para que futuros cinéfilos puedan indagar un poco más en ella.

La película está inspirada en la vida de Hansa Wadkar, una leyenda del cine indio, aunque los nombres en la película fueron cambiados y al principio se nos aclara que todos los personajes de la película son ficticios y que cualquier parecido con personas reales es pura coincidencia. Éste disclaimer se debe a que la vida de Wadkar fue reconstruida solamente a través de una serie de entrevistas las cuales dejan muchos huecos por rellenar. Partiendo de ese material, Benegal creó Urvashi, la estrella del largometraje, para hablar de algo mucho más grande, que es la situación de la mujer en la sociedad de la India en el S.XX. La película tiene buen ritmo y una cámara muy dinámica que hace maravillas de composición. Se usan saltos temporales en blanco y negro o tono sepia para narrar etapas del pasado de la actriz. A pesar de la popularidad de ésta técnica en nuestros días de digitalización, aquí fue motivada por causas mayores. Cuenta Benegal en una entrevista para el BFI, que a finales de los 70, el stock de film en color de Kodak era carísimo y muy difícil de conseguir en la India. Para poder finalizar la película, él y su director de fotografía tuvieron que improvisar y decidieron grabar las distintas etapas de la vida de la protagonista con distintos tipos de stock. La actuación de Smita Patil es muy convincente y a pesar de las dificultades que podamos tener por comprender muchos matices de una sociedad tan distante y diferente a la nuestra, su personaje se siente próximo y sus luchas internas, son universales.

En Bhumika, Urvashi se verá constantemente atrapada en una sociedad que la somete y priva de sus deseos personales. Para asegurarle un futuro mejor del que le augura el sistema de castas, su madre le obliga a casarse con un pretendiente que a su vez le fuerza a entrar en el mundo del espectáculo. Allí conseguirá triunfar con su talento para actuar y cantar pero sintiéndose solamente usada por su marido buscará libertad y independencia más allá del círculo familiar. Distintos amigos y amantes le darán breves respiros existenciales antes de darse cuenta que de una forma u otra, sigue sin tener el control sobre su vida.

Después de Ankur, el primer largometraje de Shyam Benegal, ésta es la segunda película del director indio que veo y aunque no me cautivó al mismo nivel que la primera, pienso que también se merece muchos elogios. Es una película dura y pesimista, que te hace reflexionar sobre las injusticias sociales de género tan comunes en muchas sociedades de éste mundo en el que vivimos. Muy recomendable.

BdG