The Neon Demon, como acostumbra a ser típico en el cine de Nicolas Winding Refn, viene acompañado de reacciones muy mixtas, provocando vapuleos y elogios por partes iguales. A mí, personalmente, me pesan más los factores positivos que los negativos.

Podrán tachar de vacía a esta película, pero el adorno que envuelve dicho vacío es sencillamente un deleite audiovisual. Aquí es donde entra en debate, también, qué se supone que es el cine. Para mí el cine es un arte y, como tal, es libre. Y si el objetivo principal de esta obra era conseguir una experiencia estética de alto nivel, aprueba con creces. Es obvio que aquí se aprecia un director muy pagado de sí mismo, con secuencias tan exageradamente "artísticas" que en ocasiones ofenden al espectador, puesto que no hay fondo alguno sobre ellas. La cinta, con un guión muy básico (con aires muy evidentes de "Suspiria", de Dario Argento), no queda exenta de contenido argumental, pero es cierto que en varios instantes el director se deja llevar por el frenesí creador, por la creación de la belleza por la belleza, sin más. Vamos, hasta cierto punto, dese eso trata el filme, ¿no? Dicha belleza queda reflejada por una dirección, fotografía y banda sonora impresionantes. Por poner un ejemplo, la presentación de la película es una delicia para los sentidos. Desde luego, este es un filme para un sector minoritario, donde funciona bien entre el colectivo de artistas "modernos" en el cual me atrevo a incluir con cierta vergüenza. Respecto a las interpretaciones, debo decir que todas resultan interesantes, con un tono muy sarcástico que roza la comedia negra en algunas ocasiones. Jena Malone, desde luego, se lleva la palma como secundaria y protagonista de algunas de las escenas más impactantes.

En definitiva, ya que creo que a estas alturas todo ha sido dicho acerca de este filme, solamente me gustaría insistir en que en el cine, como en cualquier arte que yo sepa, se le puede dar relevancia a cualquier aspecto y crear a partir de ello una obra. En este caso, "The Neon Demon" es una apuesta puramente estética, y en base a ello cumple sobradamente. Cierto es que se podría pedir un poco más de trabajo en el departamento de guión, donde se recurre a la provocación fácil, pero no por ello deja de ser un filme interesante.