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Voto de EuTheRocker:
7
Drama El Padre James Lavelle (Brendan Gleeson) se esfuerza por conseguir un mundo mejor. Le preocupa ver la cantidad de litigios que enfrentan a sus feligreses y a la gente de su parroquia, y le entristece que sean tan rencorosos. Un día, mientras está confesando, recibe una amenaza de muerte de un feligrés anónimo. (FILMAFFINITY)
12 de marzo de 2015
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Si la vida tiene algún sentido del humor, este debe de ser negro y cargado de ironía. Por lo menos así lo entiende el irlandés John Michael McDonagh que vuelve a su país de orígen en su segunda película para ahondar en las cicatrices de su nación a través de los vicios y virtudes de un pequeño pueblo que sirve como mosaico para disertar sobre los fantasmas e la bella Irlanda.

"Calvary" abandona el humor surrealista y absurdo que McDonagh empleó en su anterior incursión tras las cámaras y se abona al humor negro más caústico e hiriente con una historia que funciona como evangelio de la decadencia moral. A través de un cura que, en conocimiento de su cruel destino, emprende un viaje que pretende ser catártico para su comunidad, nos sumergimos en los pecados y devaneos erráticos de unos personajes extrapolables a cualquier sociedad moderna. Un guión que se construye a través de unos soberbios diálogos, más que de la acción propiamente dicha. Con un ritmo pausado que concede a la palabra la importancia para ser vehículo de hirientes posos de verdad, se desarrolla esta especie de reinvención de Jesucristo y su sacrificio en aras de una humanidad perdida por sus propios fracasos.

Un planteamiento que se sirve de un gigantesco Brendan Gleeson para aportar la consistencia necesaria a una idea que, sin la presencia de este descomunal intérprete, no surtiría el mismo efecto. Gleeson, curtido como secundario en grandes superproduciones, y protagonista de más que interesantes títulos en su Irlanda natal, hace gala de su característica sobriedad para conseguir captar los matices de un personaje que tiene que cargar con sus errores y los del resto de su comunidad, cumpliendo así el tópico papel de pastor de almas perdidas que se le supone, y para el que no siempre está preparado. El peso de esa verdad cobra matices angustiosos en la compleja y triste mirada de un excelente actor merecedor de más crédito entre el gran público.

Es la labor de Gleeson la que consigue mantener la coherencia y el sentido común en un relato donde hacen su aparición secundarios que van del esfuerzo emocional de una genial Kelly Reilly, al histrionismo descontrolado de Aidan Gillen. Es esa variedad de tonos lo que hace que "Calvary" este impregnada de un surrealismo desconcertante que puede alejar a gran parte de los espectadores del amargo trasfondo del relato.

Porque lo nuevo de McDonagh es cine más que recomendable, planteado de una manera que busca esquivar los convencionalismos narrativos, centrándose en los personajes como vehículo de la historia. Una propuesta arriesgada que espantará a muchos y que a otros, como un servidor, les llevará en volandas al calvario de nuestra sociedad, a través de una película con aromas de genialidad.
EuTheRocker
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