Me doy asco a mí mismo. He sido testigo de actos deleznables, nauseabundos, que provocarían un gran sentimiento de repulsión en cualquier persona. Y en vez de denunciarlo, he sido cómplice de esas acciones carentes de moral.

César, el protagonista de "Mientras duermes", es una persona incapaz de ser feliz. Por ello, su mayor cometido en la vida, es destruir la de los demás. Y mientras lleva a cabo ese proceso de destrucción, Jaume Balagueró construye una obra maestra que no dejará indiferente a nadie, y que espero sea recordada durante mucho tiempo. Su película es un thriller psicológico de tomo a lomo. Inspirado por grandes genios como Polanski o Hitchcock, Balagueró desarrolla emocionalmente un personaje como César, inquietante y complejo, de manera soberbia gracias al excelente e increíble trabajo (una vez más) de Luis Tosar. En cada plano, Jaume nos lleva de la mano de una situación tensa, a otra inquietante, con mano de orfebre. Manteniendo el pulso y la intriga sin descuidar en ningún momento a sus personajes, y sin dejar respiro a aquellos que somos testigos de una historia soberbia.

Pero el mérito no es todo de la excelente dirección del catalán. Luis Tosar y Marta Etura, devoran al espectador plano a plano. El ganador del Goya por su papel en "Celda 211" vuelve a sentar cátedra con un personaje complejo, sociópata y psicopáta, que consigue crear un vínculo emocional con el espectador, el cual es el mayor mérito de la película. Dudo que César provoque simpatía a nadie, pero aún así, nos mantenemos en vilo con la posibilidad de que algo le salga mal. El espectador en su butaca es el mayor cómplice del villano, sufre con él, y por momentos, por él.

El cine español, está de enhorabuena. La calidad de sus películas está aumentando a pasos agigantados gracias a directores que saben arriesgar. Que cogen géneros puros y los trabajan con la calidad de Hollywood, para hacernos olvidar los clichés del cine patrio. A partir de ahora...nuestro deber no es perseguir a los vecinos, es superarlos.