Haz click aquí para copiar la URL
Voto de EuTheRocker:
7
Animación. Infantil. Comedia Se acaba de producir el mayor ataque criminal contra la estabilidad mundial. Es un ataque de risa. Mientras el caos de la guasa y la risa floja se apodera de las instituciones, de la banca, de los ministerios, de las fábricas, de los colegios, de las cafeterías, de los policías, de los ladrones, de los notarios y de los elefantes, la única organización capaz de poner un poquito de seriedad en todo esto es la T.I.A. La Humanidad está en ... [+]
1 de diciembre de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre los muchos momentos que puedo evocar de mi infancia, entre los juegos en el patio del recreo, los bocadillos en la merienda y los dibujos animados en la televisión, surge un hombre de cuya mente incansable surgieron multitud de personajes con los cuales, crecí durante muchos a través de las risas y la irreverente locura de sus historias. Ese genio de las viñetas que siempre ha sido Francisco Ibáñez, puso sobre el papel a personajes que forman parte, por méritos propios, de la cultura popular de nuestro país: Rompetechos, el Botones Sacarino, el vecindario del 13 Rue del Percebe, Pepe Gotera y Otilio, y un largo etcétera. De entre toda esa nómina de patanes, fracasados, pícaros y energúmenos, dos personajes son sin duda, los que se llevan la fama en lo que a reconocimiento popular se refiere: Mortadelo y Filemón.

Los dos legendarios agentes de la T.I.A., siempre han sido portadores de un desquiciado humor capaz de ahondar en las bases más profundas y casposas de nuestra cultura, para satirizar los estereotipos más arraigados en nuestra sociedad, sacando oro de las situaciones más cotidianas, y de las más bizarras, que la mente del dibujante catalán podía inventar. Contando con una amplia nómina de personajes secundarios jugosos que permitían exprimir todo el humor del que siempre hicieron gala las historietas de estos dos agentes "secretos", Mortadelo y Filemón son dos nombres propios en la cultura popular de nuestro país, dos emblemáticos personajes que han servido a varias generaciones para disfrutar de auténticos momentos de diversión y disfrute.

Javier Fesser, confeso amante de las creaciones de Ibáñez, fue el encargado, en el año 2003 de llevar a la gran pantalla con actores reales, la que sería la primera gran incursión de estos dos esperpénticos héroes en el séptimo arte. Con las limitaciones que la imagen real suponían, y con unos grandes resultados en taquilla, Fesser se desenganchó del proyecto en la secuela, a la espera de una ocasión más propicia para realizar la versión definitiva que estos dos personajes se merecían a su entender. De ese modo, en este 2014, Fesser nos regala "Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo", una cinta de animación, que gracias a la creación digital, busca exprimir al máximo el potencial de las viñetas creadas por Ibáñez.

Y ciertamente, Fesser consigue trasladar a la pantalla esa descacharrante locura que se respiraba en las páginas de aquellos añorados cómics. Con un ritmo endiablado que no conoce el descanso para el espectador, la sucesión de chiste y de situaciones surrealistas, es constante, siguiendo la estela marcada por el trabajo impreso en el que se basa la película. La velocidad de la trama es tal, que por momentos, los chistes se solapan unos a otros, complicando la asimilación de la totalidad de los mismos, jugando en contra de esta película, la imposibilidad de rebobinar para centrar nuestra atención en todos los detalles que circulan sin descanso por la pantalla, algo que si que permite el formato impreso. Ese ritmo desquiciado, unido al exceso de duración de alguno de los chistes, o gags visuales que se agotan en sus primeros compases, y son estirados más de los que sus propias posibilidades permiten, son los dos mayores lastres de una cinta que, por otra parte, se convierte en la más notable y digna adaptación de Mostadelo y Filemón en el universo cinematográfico de nuestro país. Una película que luce gracias a una animación soberbia que no desmerece frente a títulos llegados de fuera de nuestras fronteras, y que demuestran el buena gusto de Fesser a la hora de crear sátiras alocadas donde, pese a que el norte se pierda en la superficie, el timón siempre se mantiene bien agarrado por un director que demuestra el respeto que siente por la obra que tiene ante su cámara en todo momento.

Un título llamado a hacer las delicias de todos aquellos amantes incondicionales de estos dos iconos de nuestra infancia y juventud, que nos permite un ejercicio de regresión a la niñez, devolviéndonos esa libertad que nos otorga el hecho de poder reírnos de todo, y de todos, incluyéndonos a nosotros mismos.
EuTheRocker
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow