Haz click aquí para copiar la URL
Voto de EuTheRocker:
8
Drama Nueva York, 1961. Llewyn Davis (Oscar Isaac) es un joven cantante de folk que vive de mala manera en el Greenwich Village. Durante un gélido invierno, con su guitarra a cuestas, sin casa fija y sin apenas dinero lucha por ganarse la vida como músico. Sobrevive cantando en pequeños garitos, pero, sobre todo, gracias a la ayuda de algunos amigos que le prestan su sofá para pasar las frías noches. De repente, decide viajar a Chicago para ... [+]
4 de enero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si nuestra vida, desde que se inicia hasta que se desvanece en las arenas del tiempo, no es más que un ciclo, el de Llewyn Davis tiene la forma del círculo del fracaso. Con las hechuras del gran sueño americano, este músico incomprendido se aparece ante nosotros como modelo de antihéroe incapaz de empatizar con nada, ni nadie, de lo que le rodea. Hecho a base de golpes y modelado por el infortunio de su destino, Davis es prisionero de su música; esclavo de un público que reniega de su talento; víctima de su propia vorágine de autodestrucción.

De esta manera, los hermanos Cohen, despliegan en su última obra todo su talento, cargando las baterías con un libreto plagado de ácida ironía que se transforma en amarga realidad a la hora de desmontar pieza por pieza a su arquetipo de perdedor sin suerte. Este par de genios, emplean su conocimiento sobre la narración cinematográfica para estructurar un relato que camina entre el esperpento surrealista y las hechuras de la comedia dramática, sembrando a su paso una sensación de déja vu en el espectador, que siente compasión por el bucle en el que la vida ha encerrado al protagonista de esta genial película.

Importante resultaba por tanto, la selección de un rostro capaz de encarnar toda esa desesperanza y rabia hacia el mundo, a la vez que ponía voz a un creador de emociones musicales. Para ello, los Cohen han contado con la soberbia labor de un sensacional Oscar Isaac, amo y señor de la obra, y al que ningún compañero (humano) de reparto logra hacer sombra, a excepción quizás de ese Ulises que en su Odisea particular retorna con éxito al lugar al que su compañero de fatigas no consigue llegar. Isaac mira directamente al alma de la cámara y la descompone en pedazos de fracaso y amargura, con una voz que encierra la magia de un género nacido del desconocimiento de la victoria. La gran lástima, es que dentro de la amplia galería de secundarios que dan la réplica al protagonista absoluto de la obra, Joel e Ethan no ahonden un poco más en su psicología para terminar de conformar un relato completo y siempre vigente sobre la eterna guerra entre el éxito y el fracaso.

Si bien, el año se inició con un relato soberbio sobre la magia del perdedor, encerrado en esa figura del folk-rock que es Sixto Rodríguez, cuya increíble historia se narraba en el soberbio documental "Searching for Sugar Man"; el ciclo se cierra con otra figura del folk abocada al olvido gracias a que los astros así lo quisieron. Al fin y al cabo, puede que lo que separará a Llewyn Davis de figuras legendarias como Bob Dylan, fuera tan sólo un descanso entre actuación y actuación.
EuTheRocker
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow