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Voto de EuTheRocker:
8
Thriller. Acción. Comedia Un veterano agente secreto inglés (Colin Firth) debe entrenar a un joven sin refinar (Taron Egerton), pero que promete convertirse en un competitivo agente gracias a un ultra-programa de entrenamiento, al mismo tiempo que una amenaza global emerge procedente de un genio retorcido. Adaptación del cómic de Mark Millar y Dave Gibbons. (FILMAFFINITY)
4 de marzo de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los tiempos cambian, y con ellos, las voces de los narradores buscan adaptar su estilo a las corrientes imperantes en cada lugar y tiempo. Saber reinventarse, o conseguir camuflarse en las mareas de las inquietudes y los gustos del público, es una virtud que no está al alcance de muchos. Mark Millar es sin duda uno de esas afortunadas voces capaces de soplar en el mismo sentido que los tiempos que corren. Su aportación al mundo del cómic se cuenta por éxitos, consiguiendo un estilo propio en el que se entremezclan a la perfección una violenta madurez y una desquiciada ironía, acorde a nuestra sociedad actual, a la que satiriza de manera constante, convirtiendo cada uno de sus trabajos en auténticas joyas que además, están impregnadas de un estilo visual marcádamente cinematográfico.

Pero no solo Millar es un alumno aventajado de su generación de creadores. Algo similar ocurre con Matthew Vaughn. El director vuelve a unir su talento al de Mark Millar, como ya hiciera en la primera, y notable, entrega de "Kick-Ass". Y es que Vaughn es un realizador fruto de su propia era moderna, alimentado en el terreno que separa la viñeta de la gran pantalla. Experto conocedor del universo que se esconde tras la tinta del papel sobre el que ha cimentado sus grandes éxitos como director, Vaugh, narrador de talento sobresaliente, sabe conjugar la fuerza de las imágenes con un sensacional sentido del ritmo, lo que se traduce en un estilo agresivo y lleno de tensión que, además, está bien aderezado con un soberbio sentido del espectáculo en el que la acción y el humor trabajan al servicio de los personajes, y no al revés (uno de los males endémicos del cine actual).

Y gracias a la unión de Millar y Vaughn podemos disfrutar en nuestras pantallas de "Kingsman. Servicio secreto", un título apaz de entrar de cabeza, por méritos propios, entre lo mejos del cine de acción de un 2015 recién estrenado en esas lides. Y es que, nos enfrentamos a una cinta que juega sus cartas apostando a varias bazas, y saliendo vencedora de todas ellas. Su tono cercano a la parodia del cine de espías, va revestido de un adulto sentido del humor que huye de los tópicos absurdos, se alimenta de ellos y sabe autoreferenciarse en los momentos oportunos, añadiendo un estilo visual violento y carente de mano blanda, poniendo sobre la mesa toda la carnaza necesaria para que la cámara de Vaughn y su particular estilo hagan el resto a la hora de dotar a la cinta de un endiablado sentido del ritmo, siempre al servicio del espectáculo.

Pero el director, que es un narrador avezado, no centra el potencial de su relato en el marco visual, sino que sabe imprimir carácter a una genial galería de personajes que se reivindican por sí mismos en el grueso de la obra. Desde un Colin Firth capaz de dar la vuelta a su imagen de galán romántico desplegando un carisma desbordante en su metamorfosis a héroe de acción, a un Taron Egerton capaz de justificar su presencia en semejante reparto por méritos propios; desde un Samuel L. Jackson empeñado en interpretar el mismo papel una y otra vez, consiguiendo imprimir a sus personajes esos matices que los diferencian y que hacen única su presencia en cada uno de sus títulos, a un Michael Caine anclado en la excelencia; sin olvidarnos de un Mark Strong capaz de de justificar por sí solo el visionado de una película.

Cada uno de ellos tiene su hueco en el libreto escrito entre Vaughn y su habitual Jane Goldman, para explayarse y presentarse ante el respetable. Y si llegados a este punto, no había motivos suficientes para llevarnos al borde de nuestras butacas presas del entusiasmo, Vaughn añada un sentido del humor adulto que se acopla a la perfección con el tempo del relato, y con unas escenas de acción rendidas al sentido del espectáculo, poniéndonos a los pies de estos Kigsman.

El cine tiene que entretener, y bajo este título hay toneladas de diversión irreverente y desenfrenada. Una orgía consciente de sus propios defectos, que sabe explotarlos y convertirlos en virtudes en un film llamado a posicionarse entre las mejores propuestas de evasión de este año. Tiembla Hollywood, que la flema británica esta desatada.
EuTheRocker
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