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Voto de EuTheRocker:
8
Acción. Drama Narra la rivalidad que mantuvieron dos grandes pilotos de Fórmula 1, el británico James Hunt y el austriaco Niki Lauda, sobre todo en 1976, año en el que Lauda sufrió un gravísimo accidente que casi le costó la vida. (FILMAFFINITY)
20 de septiembre de 2013
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Velocidad. Adrenalina. Curvas. Derrapes. Gasolina. Lo que se espera de una película que centra su drama en el circo de la Fórmula 1.

La velocidad que imprime una dirección con gran pulso para el drama y el suspense de la mano de Ron Howard. Uno de esos directores cuya filmografía presenta muchos pasos en falso, y algún que otro paso de gigante que queda sepultado para muchos bajo el peso de la mediocridad. Criticado hasta la saciedad, el director de "El desafío: Frost contra Nixon" (cito esta cinta, por parecerme una de las de mayor calidad del realizador pelirrojo), recorre el metraje de su última obra como si de un Gran Premio se tratara: comienza calentando motores, presentando con delicadeza a sus corredores; en la parrilla de salida pisa acelerador preparándose para el gran momento; y llegado el pistoletazo, el drama se deja llevar por el propio peso de un guión escrito por Peter Morgan, afiliado a los biopics de calidad, arrancando destellos de gran cine con una mezcla de combustible excelente de acción, drama e incluso pequeños detalles de humor.

La adrenalina se aleja de la pista, y aparece en unos diálogos vibrantes, de esos que evitan alejar la atención de la pantalla. Y cuando Howard centra su atención en el asfalto, la puesta en escena, el montaje y el sonido, hacen lo propio, para terminar de completar una carrera contra los fantasmas de otras obras del director. En esta ocasión Howard, acierta en casi todas sus decisiones al frente de una película notable.

Las curvas, se toman solas gracias a dos actores entregados a la causa. Chris Hemsworth, da lo mejor de sí, y hace de James Hunt un canalla atractivo que brilla en pantalla al lado de un Daniel Brühl sensacional y oscuro en su recreación de Niki Lauda.

Los derrapes, esos pequeños fallos que todo piloto comete, son pocos. Gracias a ello la película no se sale de la pista y consigue llegar a meta con majestuosidad. Sin embargo, esos fantasmas de Howard de los que antes hice mención, aparecen tras algunas curvas, lastrando algunos momentos melodramáticos en exceso o fuera del tono del resto de la pista. Pequeños errores que se enmiendan rápido con su firme resolución.

La gasolina, el auténtico elemento que hace avanzar la película, es esa historia centrada lejos de las carreras, y más preocupada en el duelo que estos dos monstruos del asfalto tenían que afrontar contra ellos mismos. Sus aristas, miedos y preocupaciones aparecen en pantalla perfectamente trazados, elevando el componente dramático de "Rush" por encima de cualquier otra percepción. Ahí es donde Howard gana la carrera, en el punto donde una película buena, se transforma en notable.

La línea de meta se pasa, y la ovación es para el gran vencedor, que no es otro que el espectador, por poder disfrutar de una sesión de buen cine, entretenido y emocionante, narrado con una mano sobresaliente, que en esta ocasión, sí merece un firme reconocimiento.
EuTheRocker
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