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Voto de Lewis:
10
1999
Aaron Sorkin (Creador), Alex Graves ...
7,0
13.088
Serie de TV. Drama
Serie de TV (1999-2006). 7 Temporadas. 155 Episodios. El Presidente de los Estados Unidos de América, el demócrata Josiahv 'Jed' Bartlet (Martin Sheen), gobierna la nación más poderosa del mundo intentando hacer siempre lo mejor para el país y sus ciudadanos, enfrentándose cada día a importantes decisiones que a menudo afectan al mundo entero. La acción se desarrolla dentro de la Casa Blanca y muestra los entresijos del febril trabajo ... [+]
4 de mayo de 2009
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi primera crítica en FA.
El Ala Oeste es una serie trepidante, basada en unos diálogos fragmentarios y complejos que se desarrollan en los pasillos, y de manera aparentemente caótica. Los guiones son milimétricos, como obras de relojería. La he visto tres veces (las 7 temporadas, capítulo a capítulo), y hay muchos que son verdaderas películas, y de las de 10. Están plagadas de momentos inolvidables: momentos en los que tengo que parar y volver para atrás a ver una secuencia que me emociona.
Los protagonistas son arrogantes, pretenciosos, brillantes, se equivocan, aprenden, discuten: el sentimiento de equipo, la lealtad, la vocación de servicio público y a la comunidad, hacen de esta serie una lección de lo que es la gran política (no las mezquindades a las que solemos asistir, aunque las haya a raudales). Un grupo de personas comprometidas de verdad con lo que hacen.
Aun siendo simpatizante de los demócratas americanos, no me fijo tanto a la hora de valorar la serie en si realmente es así la Casa Blanca. No importa, así debería ser, y así debería ser La Moncloa y cualquier gobierno de cualquier sitio. Principios sólidos y mucho trabajo para el bien común. Un tema curioso es la extrema importancia que tiene en la serie la educación. Es que la tiene.
Tal vez el mayor punto débil de la serie es Martin Sheen. Demasiado forzado a veces (sólo a veces). Y que puede parecer algo maniquea en ocasiones. Así que como nada es perfecto, le pondré sólo un 10. Porque al menos 30 capítulos de los 154 son películas perfectas. Y eso ya es mucho más de lo que estoy acostumbrado a ver.
Aviso que gran parte de la crítica está en el spoiler. Una pequeña parte de los momentos que más me gustaron. Porque esta es una serie de momentos, de flashes de profunda humanidad, de clarividencia frente al ruido; los momentos por los que pasa un grupo de personas excepcionales tratando de cambiar el mundo.
Eso es política. Magistral.
El Ala Oeste es una serie trepidante, basada en unos diálogos fragmentarios y complejos que se desarrollan en los pasillos, y de manera aparentemente caótica. Los guiones son milimétricos, como obras de relojería. La he visto tres veces (las 7 temporadas, capítulo a capítulo), y hay muchos que son verdaderas películas, y de las de 10. Están plagadas de momentos inolvidables: momentos en los que tengo que parar y volver para atrás a ver una secuencia que me emociona.
Los protagonistas son arrogantes, pretenciosos, brillantes, se equivocan, aprenden, discuten: el sentimiento de equipo, la lealtad, la vocación de servicio público y a la comunidad, hacen de esta serie una lección de lo que es la gran política (no las mezquindades a las que solemos asistir, aunque las haya a raudales). Un grupo de personas comprometidas de verdad con lo que hacen.
Aun siendo simpatizante de los demócratas americanos, no me fijo tanto a la hora de valorar la serie en si realmente es así la Casa Blanca. No importa, así debería ser, y así debería ser La Moncloa y cualquier gobierno de cualquier sitio. Principios sólidos y mucho trabajo para el bien común. Un tema curioso es la extrema importancia que tiene en la serie la educación. Es que la tiene.
Tal vez el mayor punto débil de la serie es Martin Sheen. Demasiado forzado a veces (sólo a veces). Y que puede parecer algo maniquea en ocasiones. Así que como nada es perfecto, le pondré sólo un 10. Porque al menos 30 capítulos de los 154 son películas perfectas. Y eso ya es mucho más de lo que estoy acostumbrado a ver.
Aviso que gran parte de la crítica está en el spoiler. Una pequeña parte de los momentos que más me gustaron. Porque esta es una serie de momentos, de flashes de profunda humanidad, de clarividencia frente al ruido; los momentos por los que pasa un grupo de personas excepcionales tratando de cambiar el mundo.
Eso es política. Magistral.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Como se conforma el equipo que llevará a Barlett a la Casa Blanca. La conversación entre Toby y la mujer en el bar a las 10 de la mañana con una copa. “¿Es usted bueno?: sí; ¿cuántas elecciones ha ganado?; contando una a la alcaldía, tres al congreso, una a gobernador y otra nacional: ninguna. Mantengo mi regularidad. ¿Y porque bebe tanto a estas horas?. Porque van a despedirme”. Y, en el mismo capítulo: “¿qué le has dicho que diga sobre este tema?. Le he dicho, aunque sea únicamente porque es mas fácil de recordar, que diga la verdad”.
Charlie descubriendo una carta recibida a FD Roosevelt e invitando a aquel niño (ya anciano) y a su hijo a la casa blanca.
Escritores irlandeses muertos: la conversación entre Lord John Marbury (vaya personaje) y Toby sobre Irlanda.
“Llevo dos semanas subido en una nube, sólo puedo pensar en una cosa; en esto”. Y pega con la lengua una servilleta con “Barlett para América”.
El tremendo personaje del presidente de un país africano que viene a negociar medicamentos porque su país se muere de SIDA. “Creo que mantiene al país unido con sus propias manos”. “Mi padre era un hombre orgulloso, no le gustaría ver lo que he venido a hacer aquí. No, señor, le gustaría”. Mientras está en ello, dan un golpe de estado, vuelve a su país, y lo matan.
Los dos Barlett: “haga que esta campaña hable sobre tener un compromiso y no tenerlo, sobre estar cualificado y no estarlo. Es un peso pesado, demuéstrelo”.
El debate de la segunda campaña de Barlett. Desde la escena inicial, dónde le gastan una buena broma a Toby hasta el propio debate. “Frases cortas, frases cortas...Hay días en que las decisiones se reducen a esas frases cortas, pero casi siempre acaban con bajas. La realidad es demasiado compleja para reducirla a frases cortas.”
24 horas en América: cuando Josh y Toby hablan con un padre en un bar de un aeropuerto sobre la universidad de su hija.
Como se cambia la política exterior norteamericana en el segundo debate de investidura. “¿por qué me importa menos la vida de un kundunés que la de un americano?. No lo sé, señor, pero es así”.
2.122 votos, el capítulo final de la sexta temporada con la nominación demócrata a la casa blanca. Impresionante (aunque tiene un grave fallo).
La séptima temporada en su conjunto. El capítulo del debate (52 minutos viendo un cara a cara sin reglas, como en la realidad).
El debate de vicepresidentes, con un McGarry hundiendo expectativas. “¿Qué tiene que decir sobre sus dos ataques al corazón?: tenemos la mejor sanidad del mundo, sanidad que es para unos pocos privilegiados, como el gobernador y yo. Creo que esos médicos salvaron mi vida. Pero si usted no tiene un buen seguro médico, apriete su nariz contra el cristal, porque no le dejarán entrar.”
Otros muchos de la séptima: el discurso de Santos en la Iglesia negra, Arnold Vinnick, la votación sobre las células madre.
Charlie descubriendo una carta recibida a FD Roosevelt e invitando a aquel niño (ya anciano) y a su hijo a la casa blanca.
Escritores irlandeses muertos: la conversación entre Lord John Marbury (vaya personaje) y Toby sobre Irlanda.
“Llevo dos semanas subido en una nube, sólo puedo pensar en una cosa; en esto”. Y pega con la lengua una servilleta con “Barlett para América”.
El tremendo personaje del presidente de un país africano que viene a negociar medicamentos porque su país se muere de SIDA. “Creo que mantiene al país unido con sus propias manos”. “Mi padre era un hombre orgulloso, no le gustaría ver lo que he venido a hacer aquí. No, señor, le gustaría”. Mientras está en ello, dan un golpe de estado, vuelve a su país, y lo matan.
Los dos Barlett: “haga que esta campaña hable sobre tener un compromiso y no tenerlo, sobre estar cualificado y no estarlo. Es un peso pesado, demuéstrelo”.
El debate de la segunda campaña de Barlett. Desde la escena inicial, dónde le gastan una buena broma a Toby hasta el propio debate. “Frases cortas, frases cortas...Hay días en que las decisiones se reducen a esas frases cortas, pero casi siempre acaban con bajas. La realidad es demasiado compleja para reducirla a frases cortas.”
24 horas en América: cuando Josh y Toby hablan con un padre en un bar de un aeropuerto sobre la universidad de su hija.
Como se cambia la política exterior norteamericana en el segundo debate de investidura. “¿por qué me importa menos la vida de un kundunés que la de un americano?. No lo sé, señor, pero es así”.
2.122 votos, el capítulo final de la sexta temporada con la nominación demócrata a la casa blanca. Impresionante (aunque tiene un grave fallo).
La séptima temporada en su conjunto. El capítulo del debate (52 minutos viendo un cara a cara sin reglas, como en la realidad).
El debate de vicepresidentes, con un McGarry hundiendo expectativas. “¿Qué tiene que decir sobre sus dos ataques al corazón?: tenemos la mejor sanidad del mundo, sanidad que es para unos pocos privilegiados, como el gobernador y yo. Creo que esos médicos salvaron mi vida. Pero si usted no tiene un buen seguro médico, apriete su nariz contra el cristal, porque no le dejarán entrar.”
Otros muchos de la séptima: el discurso de Santos en la Iglesia negra, Arnold Vinnick, la votación sobre las células madre.