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Voto de Quatermain80:
6
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1.200
Cine negro. Intriga. Thriller
Después de acostarse en su dormitorio, Alison (Claudette Colbert) se despierta sobresaltada a bordo de un tren al que no recuerda haber subido. El tren se dirige de Nueva York a Boston. El médico que la atiende sospecha que ha tenido una pesadilla, pero Alison no recuerda nada y no sabe por qué tiene una pistola en su bolso. Cuando llega a Boston, llama a su marido Richard (Don Ameche), y éste le dice que ha informado a la policía de su desaparición. (FILMAFFINITY) [+]
9 de febrero de 2013
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Apreciable película de Douglas Sirk, realizada justo antes de iniciar su período más brillante como realizador, que tendría lugar a lo largo de la siguiente década, de la mano de excelentes melodramas.
En este caso aborda una historia de intriga que mezcla elementos psicológicos y puramente negros, y que a pesar de su buena realización resulta algo penalizada por la brillantez de sus películas inspiradoras, concretamente "Sospecha" de Hitchcock (hay una secuencia que claramente la homenajea), y "Gaslight" (ya sea en la primera versión de Dickinson o en la posterior de Cukor). Ambas centraban su argumento en el marco del matrimonio, explotando al tiempo la ambigüedad de los personajes (de sus acciones) y cierta tendencia a "encerrar" la narración en el intencionadamente angustioso espacio del hogar conyugal (frecuentemente una gran casa en la que la escalera suele tener gran protagonismo). Tales rasgos se repiten aquí, y Sirk demuestra manejarse muy bien en ellos, consiguiendo sugerir acertadas dosis de inquietud, especialmente en la primera mitad del filme; sin embargo, ciertas decisiones de guión a las que me referiré en spoiler acaban pronto con el suspense, haciendo que el resto de la película resulte excesivamente previsible.
Pese a ello, hay algún aspecto en el que la película de Sirk apunta un camino distinto del ya propuesto en los títulos anteriormente mencionados, y es la inclusión de un personaje característico del género negro, com es la mujer fatal, aquí encarnada por una habitual en tales lides, la espectacular Hazel Brooks, cuyas escasas apariciones resultan muy acertadas, tanto por su belleza como por la turbación que producen su ambición ("lo quiero todo, y lo quiero ahora mismo, esta noche") y su falta de escrúpulos. Su escaso protagonismo es una lástima, pues lastra el interés de la segunda parte de la película, perdiendo así la ocasión de alcanzar un mejor resultado (el cuál sí logrará David Miller en "Miedo Súbito", empleando con tal fin a la extraordinaria Gloria Grahame, en un argumento por lo demás muy similar al del presente filme).
Con unas interpretaciones correctas, pero que no llegan a ser en ningún caso fabulosas -al menos esa es mi impresión-, la película se disfruta formalmente por la adecuada fotografía y la inteligente puesta en escena, con la que Sirk consigue sugerir angustia e inquietud, recurriendo a efectos lumínicos confusos (destellos, sombras, reflejos...) y a tortuosos puntos de vista muy bien estudiados, que explotan las posibilidades del rodaje en el interior de la casa. Como secuencias más reseñables destacaría, aparte de la inicial en el tren, una en la que Daphne está sentada en un taburete alto, imponiendo su presencia a su amante, que aparece claramente subordinado a ella, quedando claro el poder que ejerce sobre él.
Acaba en spoiler.
En este caso aborda una historia de intriga que mezcla elementos psicológicos y puramente negros, y que a pesar de su buena realización resulta algo penalizada por la brillantez de sus películas inspiradoras, concretamente "Sospecha" de Hitchcock (hay una secuencia que claramente la homenajea), y "Gaslight" (ya sea en la primera versión de Dickinson o en la posterior de Cukor). Ambas centraban su argumento en el marco del matrimonio, explotando al tiempo la ambigüedad de los personajes (de sus acciones) y cierta tendencia a "encerrar" la narración en el intencionadamente angustioso espacio del hogar conyugal (frecuentemente una gran casa en la que la escalera suele tener gran protagonismo). Tales rasgos se repiten aquí, y Sirk demuestra manejarse muy bien en ellos, consiguiendo sugerir acertadas dosis de inquietud, especialmente en la primera mitad del filme; sin embargo, ciertas decisiones de guión a las que me referiré en spoiler acaban pronto con el suspense, haciendo que el resto de la película resulte excesivamente previsible.
Pese a ello, hay algún aspecto en el que la película de Sirk apunta un camino distinto del ya propuesto en los títulos anteriormente mencionados, y es la inclusión de un personaje característico del género negro, com es la mujer fatal, aquí encarnada por una habitual en tales lides, la espectacular Hazel Brooks, cuyas escasas apariciones resultan muy acertadas, tanto por su belleza como por la turbación que producen su ambición ("lo quiero todo, y lo quiero ahora mismo, esta noche") y su falta de escrúpulos. Su escaso protagonismo es una lástima, pues lastra el interés de la segunda parte de la película, perdiendo así la ocasión de alcanzar un mejor resultado (el cuál sí logrará David Miller en "Miedo Súbito", empleando con tal fin a la extraordinaria Gloria Grahame, en un argumento por lo demás muy similar al del presente filme).
Con unas interpretaciones correctas, pero que no llegan a ser en ningún caso fabulosas -al menos esa es mi impresión-, la película se disfruta formalmente por la adecuada fotografía y la inteligente puesta en escena, con la que Sirk consigue sugerir angustia e inquietud, recurriendo a efectos lumínicos confusos (destellos, sombras, reflejos...) y a tortuosos puntos de vista muy bien estudiados, que explotan las posibilidades del rodaje en el interior de la casa. Como secuencias más reseñables destacaría, aparte de la inicial en el tren, una en la que Daphne está sentada en un taburete alto, imponiendo su presencia a su amante, que aparece claramente subordinado a ella, quedando claro el poder que ejerce sobre él.
Acaba en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Muy pronto sabemos de las aviesas intenciones de Richard (Ameche), por lo que el suspense de la película se resiente, sin que las fugaces apariciones de Hazel Brooks como vampiresa puedan llenar el vacío generado. A falta de una vuelta de tuerca en la intriga o de una profundización en la atracción fatal que ejerce Daphne (apectos ambos en los que sí incidirá la ya citada "Miedo Súbito"), la película se pierde un poco, quedando ello patente en la secuencia de la boda, curiosa pero innecesaria. Además, la sola aparición y posterior protagonismo del personaje que interpreta Cummings (Bruce), claramente enamorado de Alison (Colbert) es ya una pista indirecta pero clamorosa de los derroteros que seguirá el argumento.
Quizá el perdonable defecto de este filme, que por lo demás merece bastante aprecio, sea el de encontrarse a caballo entre dos géneros, el de la intriga clásica y el negro, que aunque íntimamente emparentados, presentan importantes diferencias.
Quizá el perdonable defecto de este filme, que por lo demás merece bastante aprecio, sea el de encontrarse a caballo entre dos géneros, el de la intriga clásica y el negro, que aunque íntimamente emparentados, presentan importantes diferencias.