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Voto de Quatermain80:
7
Comedia. Drama Adaptación de una obra teatral de Harold Brighouse, ambientada en 1890. Trata sobre las relaciones entre un próspero comerciante viudo y sus hijas, a las que mantiene encerradas en casa, mientras se dedica a lamentarse y a despotricar contra lo injusta que es la vida por haberle arrebatado a su esposa. (FILMAFFINITY)
5 de febrero de 2011
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
A falta de tres o cuatro títulos que tengo pendientes, puedo afirmar que David Lean nunca me ha defraudado, y que jamás he visto una película suya que no mereciera la pena. Para el gran público Lean es recordado, fundamentalmente, por sus grandes superproducciones, que se sucederían sin interrupción desde "El puente sobre el río Kwai" (1957) hasta "Pasaje a la India" (1984). Su filmografía anterior, con la salvedad de "Breve encuentro" (1945) y en menor medida, de "Cadenas rotas" (1946), es mucho menos conocida. El presente filme pertenece a esta primera etapa, si es que podemos considerarla como tal, y es la última película que rodó Lean en blanco y negro.

El argumento que se nos propone, tomado de una obra teatral, es aparentemente simple y mantiene en todo momento un aire de comedia ligera, aunque contenida. Todo gira en torno al personaje de Hobson, propietario de una zapatería, bebedor impenitente y efectivamente despótico en la relación de servidumbre a la que somete a sus tres hijas y a sus empleados. Dos de las anteriores, las más jóvenes y guapas, optarán por sendos matrimonios ventajosos, con el objetivo de liberarse del yugo paterno. Sin embargo, la mayor, también la más decidida y capaz, decide independizarse mediante un matrimonio muy distinto, en el que el talento y el trabajo serán la clave del éxito.

Frente a la grandiosidad visual y temática de sus grandes películas-río, las obras pertenecientes a este primer período son más sencillas e íntimas, lo que no quiere decir que formalmente sean necesariamente inferiores; así, en esta "Hobson's Choice", encontramos secuencias tan brillantes, visualmente, como la que inicia la película (la cámara empieza en el exterior, identifica la tienda de Hobson, entra dentro y repasa el lugar, describiéndolo), o la que muestra la borrachera de Laughton (persecución de la luna en los charcos, caída sin fin por el hueco de la escalera). Además, y como es característico del buen hacer de Lean, los decorados están perfectamente cuidados y la puesta en escena introduce brillante y eficazmente al espectador en las situaciones narradas. A ello cabe añadir la magnífica dirección de actores, otra de las cualidades propias de este realizador, que dibuja personajes atractivos y reconocibles, circunstancia beneficiada por unos intérpretes estupendos, especialmente el trío protagonista, del que destacaría -aparte del siempre excesivo pero encantador Laughton- la labor extraordinaria de John Mills, cuyo personaje es el que más se transforma a lo largo del filme, siendo esa "mutación" uno de los aspectos más interesantes del mismo.
Termina en spoiler, sin revelar detalles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Quatermain80
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