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Voto de Quatermain80:
8
Cine negro. Drama Ernie Driscoll es un ex-campeón de boxeo que trabaja como taxista. Su monótona vida se ve alterada cuando se entera de que su mujer mantiene relaciones íntimas con un mafioso, que acaba de apoderarse de una fortuna en diamantes. (FILMAFFINITY)
7 de febrero de 2012
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un par de años no sabía ni quién era Phil Karlson, por lo que haber descubierto su filmografía es una de las mejores experiencias cinematográficas que he tenido últimamente, especialmente por sus magníficas incursiones en el género negro, donde esta "Calle River 99" brilla a gran altura, junto con "Kansas City Confidential" o " The Phenix City Story".

Recurriendo a la arquetípica figura del boxeador fracasado atrapado en un matrimonio infeliz, la película nos cuenta la peripecia en la que se ve envuelto Ernie, que sin haberlo buscado, se topará con la infidelidad de su esposa, y a través de esta, con un robo, algunos crímenes y un variado muestrario de rufianes, a cada cual peor.

Leo que a algunos usuarios les parece que la narración adolece de ciertas debilidades o incongruencias, y es posible que estén en lo cierto, pero la verdad es que, en mi experiencia con este género, ese aspecto siempre me ha parecido secundario. Quiero decir que incluso en grandes clásicos de esta temática, películas hoy míticas e indiscutibles, se dan estas incongruencias o cabos sueltos -recordemos, por ejemplo, "El Sueño Eterno" de Hawks- sin que esto merme su calidad, y es que esta se debe, fundamentalmente, a la creación del ambiente adecuado (la noche urbana, con sus garitos, puertos y bajos fondos) y de los personajes que lo encarnan (perdedores, detectives, mujeres fatales, rufianes, etc). De ambos aspectos está muy bien servido este filme, enteramente nocturno y generosamente plagado de personajes que responden a los modelos anteriormente apuntados.

Si perfilar el carácter de los personajes es fundamentalmente una labor propia del guión, la generación o recreación del ambiente adecuado se convierte en la cuestión formal más importante de este tipo de películas, circunstancia que potencia la relevancia de la fotografía, el montaje y la composición del plano (o lo que es lo mismo; de la luz, el ritmo y la mirada). Karlson demuestra en todo momento hasta qué punto domina estos tres parámetros, siendo magnífica la labor del director de fotografía, Franz Planer, y muy notables -por su ritmo y violencia desatados- las escenas de pelea, desde el combate inicial (rodado a pie de Ring y con expresivos primeros planos) hasta el último, en la pasarela del barco; en muchos planos recurre a efectivos y sugerentes contrapicados, rasgo estilístico presente en otras películas suyas, aunque aquí más acentuado.

Con notables interpretaciones de todo el reparto -sobre todo Evelyn Keyes- y un par de giros argumentales verdaderamente originales -en los que realidad y representación se confunden-, el filme se disfruta de principio a fin.
Quatermain80
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