15 de febrero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Irán está en el foco para el público norteamericano y Ben Affleck lo sabe muy bien. Película sin demasiados artificios, bien rodada y sobrevalorada por la crítica pero que ha gustado a una gran mayoría que ya es suficiente. Ben Affleck, aquel chaval que comenzó su carrera de actor como un estudiante golfete, ha aprendido bien la carrera de director y con Argo ha presentado un buen ejercicio de suspense basado en hechos reales. El marco político es la crueldad del régimen teocrático del ayatolah Jomeini que llegó al poder en 1979 para sustituir a otro régimen si cabe igual de cruel, el del Sha de Persia, Rezha Palevi. Igual de cruel pero "amigo" de EEUU. El origen del conflicto, una vez más fue el control del crudo y por tanto de la economía global. Algo queda reseñado en el film pero como siempre la mirada más amable se la lleva el país anglosajón y la autocrítica pasa solapada por la anécdota de un curioso rescate, conocidos sus detalles tras la desclasificación de documentos secretos. La película está bien ambientada, buen vestuario, el argumento encaja aunque a veces da la sensación que la tensión se estira como el chicle. De todas formas el resultado es bueno y entiendo que guste pero no entiendo que esté tan bien valorada, tan bien premiada y calificada por muchos como peliculón. Una buena ejecución no es suficiente para darle un sobresaliente, la historia es conocida, un guión adapatado de la supuesta veracidad de uno documentos y deberían premiarse antes la originalidad y sobretodo la autocrítica si de lo que se trata es de ejecutar un buen thriller político.
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