Estamos ante una película muy interesante del gran Martin Scorsese. Algo en ella me recuerda a otras dos películas suyas que son After Hours y Taxi Driver. La primera porque es diferente al resto de su filmografía, al igual que esta, y la segunda porque hay algo de Travis en Rupert. Esa educación al tratar con los demás, la diferencia que hay cuando está en público y cuando está en la intimidad de su casa, y sobre todo esa obsesión, naturalmente, cada uno con lo suyo y en mayor o menor medida.

A fin de cuentas, Rupert Pupkin solo es un hombre que se considera lo suficientemente bueno como para escapar de la deprimente vida que lleva. A sus 34 años necesita una gran oportunidad, no tiene tiempo para empezar desde lo más bajo. Ya está en lo más bajo. Necesita demostrarle al mundo que es el Rey de la Comedia.

Y es que al contrario de lo que parece pasarle a la gente que ve la película, yo no me he quedado con la cuestión de si el fin justifica los medios, sino con la voluntad que demuestra Rupert y la confianza en si mismo para llegar a donde se propone. Si tú crees que vales, ¿por qué depender de lo que los demás piensen de ti? Está claro que no se puede obviar todo el tema de la obsesión, ni mucho menos, pero separando el contenido podemos encontrar un buen mensaje por un lado, y por el otro una reflexión acerca de cuanto es capaz de hacer una persona con tal de conseguir lo que quiere.

Otro punto importante que se refleja en la película es la actitud que tienen los que ya están en la cima con los que están empezando. Se puede entender que alguien famoso y con talento tenga que lidiar todos los días con gente que quiere conocerle, que quiere saludarle, que quiere trabajar con él, gente perturbada que solo quiere acosarle y que por ello acabe desconfiando de todo el mundo. Pero todo tiene un límite, ¿por qué no querer escuchar (y digo solo escuchar) a una persona que te explica sus razones para acudir a ti, encima alguien que te admira y piensa que haces un gran trabajo? Por lo menos atiende a lo que tiene que decir y si no te gusta pues se lo dices y punto. Pero que alguien crea que tiene una oportunidad solo porque a ti no te interesa escucharle y por tanto, le des falsas esperanzas, tampoco son maneras.

Pero bueno, para terminar y sin más dilación, esta noche cuando vean a mi primer invitado todos verán que está predestinado a hacer algo grande (de una forma u otra). Así que les ruego reciban calurosamente al nuevo Rey de la Comedia, Rupert Pupkin.