Después de haber visto toda la temporada y acabar el último capítulo me encuentro sin palabras para semejante obra de ficción. Lo tiene todo. O al menos tiene todo lo que puede gustar al público, incluyendo el más exigente: actores reconocidos y caras bonitas, tramas de acción e interesantes, el lejano este, cowboys, robots, ciencia ficción, política y filosofía(sin contar las tramas de amor y enredos) ¿Qué podría fallar? Nada ¿Qué falla? Nada. Es estupenda, es magnífica, es soberbia. No quiero fangirlear demasiado, pero me gust reconocer el trabajo bien hecho. Lisa Joy y su marido, Jonathan Nolan "el hermanísimo" rompen todos los esquemas y nos brindan una de las series de nuestra época. Aunque quizás estas series actuales rompan el esquema tradicional de tv y cine, son otra cosa, algo más y mejor.

La trama de Westworld, como la de otras series del panorama actual(Blackmirror, Mr.Robot, Blacklist) conforman el nuevo paradigma de las series: como la tecnología interfiere en nuestras vidas. Desde los robots cuasi humanos de la serie de HBO, hasta la pesadilla anarcolibertaria de los Hackers en Mr. Robot. El futuro ha llegado y tiene alma de metal.

Esencia, de la esencia, de la esencia. Punto de partida, de llegada y final. El pincipio y el fin, el mediante y el durante, Lo tiene todo. Tiene el sufrimiento de esos robots tan o más humanos, que a medida que conocemos sus desventuras y frustraciones vamos empatizando más con ellos. Cuanto más humanos parecen, más apego les tenemos; en un primer momento nos dan la impresión de cuerpos sintéticos y mentes vacías, simple apariencia e infantilismo, Una vez los conocemos y nos adentramos en su mundo interior es imposible resistirse a sus encantos. También sufrimos el camino de forma inversa con los ¿verdaderos? humanos. Al principio nos apasionan sus quehaceres de semidioses velando por esos robots sin consciencia y controlando sus funciones; luego acabamos por comprender la ironía de la situación y el cinismo de su mundo. La humanidad deshumanizada, además de someter a un planeta y a todas sus especies, también someten a sus creaciones, vejándolas y usándolas a su conveniencia, sin replantearse que limites son moral, social o éticamente aceptables. No nos importa, o al menos eso es lo que vemos de estos humanos en este plausible mundo futuro. Humanos que se convierten en creadores, en dioses tiránicos sin amor por sus criaturas. Tan sólo hacemos lo que se nos da bien: masacrar y despreciar a nuestro contrario, ya sea por miedo o por desconocimiento, o por una mezcla de ambas.

Y por si no nos bastara con el reflejo de esta humanidad vista a través del espejo y expuesta a esta humanidad actual en proceso de descomposición, sin valores ni proyecto de futuro a seguir, también tenemos la toma de consciencia de nuestros queridos robots. Porque si hay algo que se repita a lo largo de la serie es la posible generación de autoconsciencia de los anfitriones, como así los llaman, y su posible inteligencia artificial. Es algo con lo que se juega recurrentemente en la serie, es la historia central de la misma. A lo largo de diferentes personajes podemos ver como van surgiendo dudas y replanteándose su realidad(el principio de todo pensamiento independiente, de toda consciencia es replantearse la realidad).Mientras los humanos(trabajadores y visitantes) y los anfitriones van interactuando en las diferentes tramas del parque se nos va poniendo de manifiesto la delgada línea que separa la vida "real" de los humanos, de la vida "artificial" de las creaciones.

Otro punto interesante es el claro mensaje feminista de la serie. Se nos muestran a mujeres de todo tipo, fuera de moralismos y bastante alejados del canon tradicional. Varias de las tramas recaen sobre mujeres fuertes que van forjando su independencia y su toma de consciencia(las robots Maeve y Dolores), como van alejándose cada vez más de su papel unidimensional hasta conformar esos seres complejos que luchan por su libertad. Múltiples referencias a literatura, a meta-ficción, a conceptos filosóficos y teorías evolutivas(la mente bicameral).

Humanos que mataron a Dios y se autoproclamaron los nuevos dioses. Dioses que torturan a sus creaciones pidiendo a gritos que sean matados ¿Estamos condenados a repetir eternamente los mismos errores?

Como espectadora he sentido más apego y me he sentido más identificada con los robots de la trama por la opresión que sufren y el eterno llamamiento a ser despertados, a esa autogeneración de conciencia que necesitamos y a esa revolución con un eterno nombre de futuro que tiene que tornarse real. Serie que llega justo en su momento. Cuando más necesaria es, cuando mejor puede llevar a cabo su cometido: el de despertarnos de este largo letargo en el que andábamos metidos.

Porno para intelectuales.