¡Qué peliculón, cuánta realidad social rezuma! No recuerdo, de primeras, ninguna otra cinta que trate temas tan complejos como el del tráfico de drogas por el Estrecho, la captación de traficantes, la proliferación de la secta evangelista, la miseria laboral en la Bahía de Cádiz, las complejidades familiares en un contexto de miseria, la venganza... Y lo hace con una honestidad, con una crudeza y una falta de aditivos encomiable.
Los actores protagonistas, lsra y Cheíto, realizan unos papeles asombrosos. Qué talento para dejarse grabar y jugar a ser actores, carajo.

Al igual que sucedía en su antecesora, La leyenda del tiempo, es una lástima que las decisiones creativas de Lacuesta sean tan cutres, porque la película podría haber sido antológica. La banda sonora es horrorosa: destacamos esa escena del principio en la que nos meten unas disonancias intrigantes para acompañar a Cheíto mientras trabaja en la Marina. Algún día, dentro de algunos años, nos daremos cuenta de cuánto mal ha hecho el cateto pretencioso y flipado de Refree a la música española.
Tampoco se salvan algunas escenas con recuerdos, luces rojas, cámaras lentas y boutades de director creativo. Isaki, ¿por qué te haces esto?

Quitando esas pegas, de lo mejorcito del cine español que mira a la gente real.