La historia se centra en la vida de Elise, una joven tatuadora, y Edier, un cantante de un grupo de bluegrass, los cuales se enamoran a primera vista y forman una pareja en poco tiempo. Sin embargo todo esto cambiará debido a la llegada de Maybelle, su hija, la cual tiene cáncer lo que provocará varias riñas entre la pareja.

He de decir que me ha sorprendido para bien la película, por algo está nominada a mejor película extranjera. Nos presenta una historia sin tapujos y bien hilada, haciendo bastante uso de los flashbacks, y consiguiendo algo que pocas películas de este tipo consiguen hacer, que sintamos empatía por las personas que aparecen en pantalla, centrándonos en sus problemas y viendo como son o no capaces de solucionarlos. Como digo presenta un buen ritmo durante las casi dos horas que dura el metraje, pues en los momento en los que baja algo nos ponen una gran banda sonora en forma de actuaciones del grupo haciendo más llevadero ese momento más lento. Tras todo esto la película contiene un mensaje social sobre el cual cada uno tendrá un punto de vista, pero no se puede negar que lo incluyen con ingenio para que no parezca demasiado forzado.

En referente a las actuaciones el conjunto cumple bastante bien, destacando Veerle Baetens sobre el resto, consiguiendo encarnar con realismo tanto el papel de una madre preocupada como el de una joven alegre y sin preocupaciones (más allá de las normales). Un gran punto a destacar es la banda sonora, la cual se no presenta con un toque country debido al tipo de música que toca nuestro protagonista, y que al igual que en películas como Once, se nos presenta por parte de los propios actores dejando un muy buen nivel.