Esta peli tiene la virtud de saber mirar la cotidianidad, con toda la normalidad de la vida, de algo tan anormal y retorcido como es lo que pasa al sur del Río Grande con las drogas de fondo y la lucha de carteles. Un chaval con ganas de buscar su lugar en el mundo no sabe calcular las consecuencias del lío en que se mete con un federal y una cosa lleva a la otra. Choca ver lo fácil que resulta comprar un fusil, una pistola o incluso una semiautomática en una tienda de USA, parece ser que se las venden a cualquiera y luego los federales se dedican a hacer seguimiento de esas compras. Un poco absurdo pero las cosas son así.

La idea de fondo de la peli es la deshumanización alrededor de semejante cultura de la violencia en torno de las drogas, por unos y por otros, y el sacrificio inevitable de la inocencia en semejante contexto.

Tiene sus más y sus menos, pero es una buena peli.