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España España · Barcelona
Voto de did79:
10
Terror. Romance. Fantástico En el año 1890, el joven abogado Jonathan Harker viaja a un castillo perdido de Transilvania, donde conoce al conde Drácula, que en 1462 perdió a su amor, Elisabeta. El conde, fascinado por una fotografía de Mina Murray, la novia de Harker, que le recuerda a su Elisabeta, viaja hasta Londres "cruzando océanos de tiempo" para conocerla. Ya en Inglaterra, intenta conquistar y seducir a Lucy, la mejor amiga de Mina. (FILMAFFINITY)
4 de diciembre de 2018
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El valorar un film por su tramposa campaña de marketing es una empresa que se revela injusta. Sus detractores se escudan en su supuesta fidelidad a la obra en la que se basa, el mundialmente famoso "Drácula" de Bram Stocker. Una vez visionada la película, y si se conoce el libro, se demuestra que esa pretendida lealtad a la letra no es del todo real, ya que aparecen en ella ciertas licencias ausentes en la obra literaria (como es el caso del extensamente comentado prólogo. Una vez se une la historia que nos ocupa con la leyenda de Vlad Tepes, ya sabemos que se van a tomar libertades al respecto).

Superado el conflicto con su falso título, y tras despejar la mente de prejuicios, nos encontramos ante uno de los films más plásticos de la historian del cine, creando imágenes que perdurarán en la retina del espectador. Barroca, sobrecargada, excesiva, deliciosa, imaginativa, etc. son tantos los adjetivos que se le puede ofrecer a una película donde cada elemento (vestuario, atrezzo, música) tiene vida propia.

La intención del director de rendir homenaje a una forma de hacer cine clásica, denostada por los efectos especiales digitales, dota al film de una fisicidad semblante a una obra de arte. Cada plano, cada secuencia, parece un cuadro pintado por uno de aquellos pintores barrocos que llenaban su lienzo con gran cantidad de figuras que se retorcían entre fondos igualmente detallados (sólo hay que ver el mimo con el que están tratados todos los espacios del castillo, o las estancias de la mansión Westenra, el salón de baile, etc.). Así, apuesta por composiciones imposibles con las que el director, gracias a su gran talento, consigue bellas fotografías que refuerzan ese relato neogótico lleno de imaginación y amor por la vieja escuela (recordemos ese viaje en tren con los ojos del conde en el rojizo cielo).

En especial, debemos destacar el gran trabajo de la tristemente desaparecida Eiko Ishioka, que consigue que cada pieza del vestuario hable por sí sola, ofreciendo un complemento perfecto al personaje que viste (Destacar el traje de bodas, así como todos los atuendos del conde en sus variantes aspectos).

Además, Wojciech Kilar consigue una de las mejores bandas sonoras que ha dado el séptimo arte. (Emociona con sus melancólicos violines, así como con sus potentes percusiones logra unas melodías más aterradoras, imitadas hasta la saciedad).

El director crea, utilizando todos los elementos antes mencionados, grandes set pieces que ya forman parte de la historia del cine, Como por ejemplo, el maravilloso prólogo, donde se nos cuenta la historia que lo conecta con el cruel príncipe Vlad, o la "visita" de Jonathan Harker a la estancia de las concubinas o la espléndida secuencia con una vampirizada Lucy de por medio.

Por todo ello, perdonando quizás un imposible reparto donde destacan, para bien, una sibilina Sadie Frost así como un camaleónico Gary Oldman y, para mal, un sosainas Keanu Reeves, o algún que otro fallo de raccord, nos enfrentamos a una gran película, la master piece que toda obra literaria necesita. No se puede hacer más después de ella, no puede tratarse de nuevo el tema sin imtarla. Ningún film igualará la maestría con la que fue concebida la obra de Coppola. Prueba de ello es que desde el film de 1991 no han habido más interpretaciones que aporten algo nuevo (si descontamos ese prólogo alargado que es "Drácula, La leyenda jamás contada" o esa horrible y olvidable "Drácula 3D" de Argento, una patada en nuestras partes nobles en toda regla).

Lo mejor; Vestuario, música, ambientación, etc.

Lo peor; Alguna que otra estridencia pero que no desentona en el conjunto.
did79
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