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Voto de Ojosdeperroazul:
10
27 de noviembre de 2009
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si Bergman analiza a lo largo de su obra el alma del hombre, en este caso se vale de la crisis creativa de un artista plástico, adentrado nuevamente en un paraje parcialmente desolado y con personajes -en este caso- decididamente perturbadores.
Liv Ullmann fue la musa para Bergman, esos primerísimos planos, son tan impactantes que traspasan el alma. Por cierto en el primer plano que abre el film se puede escuchar cómo se prepara la escena para ser filmada, lo que nos indica que lo que estamos apunto de ver es una representación. Juego recurrente en Bergman como el caso de "El Rostro".
Mientras el metraje avanza llega la escena del asesinato del niño. Magnífica. Pero ya llegado el último tramo, los habitantes del castillo, aquellos que se mostraban partidarios y admiradores del artista terminan atormentándolo como si fuera una cruel reflexión sobre lo relativo de la trascendecia. Por cierto aquí se puede notar clramente las atmósferas en las que se influenció Lynch para hacer sus trhillers. Hay una semejanza entre el conde y el personaje de Lost Highway.
En fin.....imprescindible. Lo único que me permito recomendar es que a Bergman es mejor verlo en un tiempo de calma, sin sobresaltos, ni depresiones, porque este viaje al interior de nosotros puede resultar, en algunas circunstancias, muy doloroso.
Magnífica
Liv Ullmann fue la musa para Bergman, esos primerísimos planos, son tan impactantes que traspasan el alma. Por cierto en el primer plano que abre el film se puede escuchar cómo se prepara la escena para ser filmada, lo que nos indica que lo que estamos apunto de ver es una representación. Juego recurrente en Bergman como el caso de "El Rostro".
Mientras el metraje avanza llega la escena del asesinato del niño. Magnífica. Pero ya llegado el último tramo, los habitantes del castillo, aquellos que se mostraban partidarios y admiradores del artista terminan atormentándolo como si fuera una cruel reflexión sobre lo relativo de la trascendecia. Por cierto aquí se puede notar clramente las atmósferas en las que se influenció Lynch para hacer sus trhillers. Hay una semejanza entre el conde y el personaje de Lost Highway.
En fin.....imprescindible. Lo único que me permito recomendar es que a Bergman es mejor verlo en un tiempo de calma, sin sobresaltos, ni depresiones, porque este viaje al interior de nosotros puede resultar, en algunas circunstancias, muy doloroso.
Magnífica