Media votos
6,9
Votos
289
Críticas
6
Listas
1
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de dahon:
6
7,1
30.153
Drama
En el año 1970, por caprichos del destino, el joven médico escocés Dr. Nicholas Garrigan (James McAvoy) acaba ejerciendo su profesión en Uganda, un país del que no sabía nada, y allí se ve irreversiblemente unido a un temible personaje: Idi Amin (Forest Whitaker), el reciente nombrado presidente del país africano que comienza a gobernar de forma cruel y sanguinaria. Garrigan comienza a ser el médico personal de un dictador del que se ... [+]
21 de abril de 2010
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El domingo en el programa de Eduardo Punset, explicaban por qué se revuelve nuestro interior cuando vemos el sufrimiento de otra persona, y las razón es por las neuronas espejo. Pues está película, en ese sentido es de las te deja un poco mal.
Forrest Whitaker hace el papel de dictador Idi Amin, que gobernó Uganda en la década del 70.
Me ha gustado la interpretación de Whitaker, la fotografía y la ambientación africana y setentera. No me ha gustado, que es demasiado previsible.
Forrest Whitaker hace el papel de dictador Idi Amin, que gobernó Uganda en la década del 70.
Me ha gustado la interpretación de Whitaker, la fotografía y la ambientación africana y setentera. No me ha gustado, que es demasiado previsible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
"El que se acuesta con niños amanece meado" durante toda la película estas deseando decirle a James McAvoy, escapa mientras tengas oportunidad, ¿no te das cuenta que te estás poniendo una soga al cuello?.
"Obras son amores y no buenas razones". Muchas veces nos dejamos engañar por el oído. El dictador es un embaucador, además es cobarde, tiene miedo: de que lo envenenen, de que lo maten, de hacer el ridículo. Por eso le gusta el médico, porque es valiente. Miedo y poder, mala combinación.
"Obras son amores y no buenas razones". Muchas veces nos dejamos engañar por el oído. El dictador es un embaucador, además es cobarde, tiene miedo: de que lo envenenen, de que lo maten, de hacer el ridículo. Por eso le gusta el médico, porque es valiente. Miedo y poder, mala combinación.