El fotógrafo del pánico de Michael Powell es un thriller de terror basado en asesinos en serie notable en su género. Dirigida con un ritmo reposado y con un estilo que crea una atmósfera enrarecida alrededor del psicópata, es una obra original y algo angustiosa que penetra en el público de modo absorbente, inquietándolo con una historia tan intrigante como insidiosa que cautivará a los seguidores de cintas parejas a las de Alfred Hitchcock. Realizada de forma incitadora tiene un resultado excepcional de visión obligada para los cinéfilos más exigentes.
La fotografía es alusiva y tiene imágenes desconcertantes al mostrar el objetivo de una cámara justo antes de los asesinatos, construyendo un trabajo repleto de matices muy visual. La música es rítmica en las escenas de acción al tener sonidos inquietantes que estimulan al público en una labor arrolladora que mantiene el suspense y es usada solo en las ocasiones clave. Los planos y movimientos de cámara completan una estupenda labor que te transporta a la trama a través del uso de los subjetivos, primeros planos, avanti, retroceso, reconocimiento y cámara en mano que sacan lo mejor no solo de la historia, sino también de las interpretaciones.
Las actuaciones son admirables y verosímiles. Como protagonista Karlheinz Böhm trabaja con oscuridad psicológica en un persuasivo papel y son cumplidoras las interpretaciones de Moira Shearer, Anna Massey, Maxine Audley, Esmond Knight y Michael Goodlife entre otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios elegantes y sugestivos a cada uno de los personajes según su personalidad o profesión en una correcta tarea.
El guion, escrito por Leo Marks y basado en una historia propia, es inusitado y desde luego sustancioso al tener un entramado que mantiene al público expectante, provocándolo con unas escenas aterradoras por su suspense que penetra en el espectador en una opulenta labor implacable que está llena de morbo y pernicie. Esto se lleva a cabo con una narrativa oscura que se oculta tras la amabilidad y timidez del protagonista, siendo desde luego insinuante en un lenguaje clásico y educado.
En conclusión, la considero una obra indeleble y esencial en los thriller de terror basado en asesinos en serie que atrapa al público desde el principio y mantiene el suspense durante todo el film hasta llegar a un final soberbio que será recordado por todos aquellos que la visionen. Recomendable por su dirección, guion, interpretaciones, fotografía, música, movimientos de cámara y narrativa que convierten a El fotógrafo del pánico, en una cinta estilo Hitchcock notable y perturbadora por su contenido morboso y malsano.