Frozen. El reino del hielo de Chris Buck y Jennifer Lee, es un film musical de aventuras y comedia de animación bien conseguido. Llevada a cabo con un ritmo dinámico y rítmico, lleva en su interior un musical maravilloso dirigido a buen puerto, gracias a un notable trabajo en los personajes, humor e historia adaptada de la novela de Hans Christian Andersen.
La fotografía, es lumínica, colorida y llena de infinidad de detalles acertados y sensacionales, con imágenes fantásticas que gustan al público no solo infantil, sino de todas las edades. Y la música, es bella y alusiva a la trama, con canciones hermosas y estimulantes que acompañan con ritmo la acción en gran parte del film, mezclando con acierto lo clásico y lo moderno.
Los personajes, son simpáticos y divertidos, en especial el muñeco de nieve que se apropia de la atención del espectador desde que aparece por primera vez, por ser genuino y bien trabajado en su bromas cautivadoras de risas que llaman la atención de los públicos de todas las edades. Caracterizados con ropas de épocas elegantes y distinguidas que son alusivas a la trama al igual que los decorados, muy oportunos para la historia en sí.
El guion, basado en la novela del famoso escritor de novelas infantiles Hans Christian Andersen, mezcla con efectividad el drama y lo hilarante, basándose en una historia fantástica y en unos personajes jocosos. Y lo hace con diálogos ingeniosos y dicharacheros que agradan por ser divertidos y acertados para esta clase de film.
Por lo que en líneas generales, considero Frozen. El reino del hielo una cinta infantil pero apta para todos los públicos, por ser entretenida y divertida, además de amena, hermosa y emotiva a la hora de calar con sinceridad en todo tipo de espectadores que se entreguen en su visionado, el cual como mínimo, les parecerá agradable y nada decepcionante.