Sufragistas de Sarah Gavron es un drama histórico basado en hechos reales que expone como en la Inglaterra de principios del siglo XX, lucharon las mujeres primero pacíficamente y luego de forma más violenta por conseguir su derecho al voto. Dirigida con un ritmo alterno según el momento de la trama y con un estilo bien adaptado y sincero que se acopla a la realidad histórica, es una obra necesaria de conocer por lo que representa y porque sirve como eficaz documento histórico de cómo en Inglaterra lucharon las mujeres primeros pacíficamente y luego de forma más radicalizada para lograr su ansiado objetivo, concluyendo con ello un film soberbio y personal que gusta ver y que instruye al espectador sobre lo que tuvieron que soportar las mujeres hasta llegar al sufragio.
La fotografía es evocadora y hace gran uso de los claroscuros en una labor repleta de detalles sugerentes que logran una tarea inspiradora que estéticamente te transporta al momento y lugar en cuestión, logrando un espléndido trabajo visual con la luz tenue. La música es emotiva y melódica en sus sonidos que añaden intriga e incluso inquietud con sus penetrantes y turbadores melodías cuando es requerido por la trama, estimulando con ello al público. Los planos y movimientos de cámara consuman una notable labor técnica mediante el uso de la cámara en mano para añadir más dramatismo, generales, plano-contraplanos, subjetivos, reconocimiento, circulares, detalles, primeros y primerísimos planos que exprimen lo mejor de las interpretaciones y su entorno.
Las actuaciones son admirables y contundentes. Como protagonistas Carey Mulligan está rutilante en un magnífico papel que se recuerda, Helena Bonham Carter está convincente y firme en su labor y Meryl Streep está brillante en un breve y concluyente discurso, siendo también señalados los acompañamientos de Anne-Marie Duff, Brendan Gleeson, Ben Whishaw, Romola Garai y Samuel West entre otros. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones sugestivos de la época y el lugar en mujeres y hombres humildes y trabajadores, policías, políticos y clases sociales altas en una soberbia labor que junto con los decorados y exteriores te transportan in situ.
El guion, escrito por Abi Morgan, es fiel a los hechos históricos y absorbe al público con su entramado turbio en el que se muestra como las sufragistas pasaron de manifestaciones pacíficas a otras más violentas para que les hicieran caso, siendo por tanto un eficaz documento histórico necesario de conocer para todos los públicos, finalizando con ello un film que es en ese sentido más que una película, sino también un sincero recuerdo que homenajea a aquellas luchadoras no solo de Inglaterra, sino de todo el mundo. Esto se lleva a cabo con una narrativa impoluta y efusiva que de forma impecable y directa muestra la lucha y la esperanza de unas protagonistas que arriesgaron mucho hasta conseguirlo. Cabe señalar también, el montaje seguido y acompasado que aunque tiene momentos más tranquilos, marca buen ritmo al film.
En definitiva, la considero una obra indeleble e indispensable por los hechos reales que expone que gustará a todos aquellos que la vean por estar tomada muy en serio y mostrar sin añadiduras artificiales las luchas que emprendieron un grupo de valientes mujeres que lo arriesgaron todo por tener los mismo derechos que el hombre. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, planos, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones, decorados y narrativa que convierten a Sufragistas, en un film necesario de ver para conocer históricamente lo que tuvieron que luchar las mujeres por su derecho al voto.