El secreto de Adaline de Lee Toland Krieger es un drama romántico con detalles fantásticos basado en una joven que debido a un accidente de coche, adquiere a los 29 años la eterna juventud. Dirigida con un ritmo tranquilo y con un estilo profundo y algo efectista en lo que ofrece, es una obra hermosa y curiosa que mantiene todo el rato la expectación para satisfacer al cinéfilo más comercial que busque tramas emotivas y sentimentales pero bien trabajadas para sorprender al espectador, concluyendo un notable film que cala en el público más romántico incurable.
La fotografía es lumínica y vistosa al mostrar imágenes evocadoras de cada época y lugar en una bella tarea que es estéticamente inspiradora y que está repleta de detalles eficientes para lo que se propone. La música es hipnótica y estimulante gracias a unos sonidos encantadores que llenan el film de nostalgia y emotividad, con melodías también tranquilizadoras que conmueven y añaden profundidad al film. Los planos y movimientos de cámara consuman una bien trabajada labor técnica mediante el uso del seguimiento, aéreos, grúas, plano-contraplanos, avanti, retroceso, reconocimiento, ininterrumpidos, primeros planos, steadycam, generales y detalles que cumplen con su cometido. Cabe destacar también, los efectos visuales competentes y bien trabajados en determinadas escenas.
Las actuaciones son aceptables y cumplidoras. Como protagonistas Blake Lively está encantadora y dulce en su labor y Michiel Huisman está oportuno en su papel, contando con los estupendos acompañamientos de Harrison Ford y Ellen Burstyn y los papeles de Kathy Baker, Amanda Crew, Richard Harmon y Anjali Jay entre otros. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones sugestivos y bien trabajados de cada época mostrada en una magnífica labor que junto con los sugestivos decorados te transportan.
El guion, escrito por Salvador Paskowitz y J. Mills Goodloe, es algo sensacionalista por buscar sorprender al público pero también es hermoso y efectivo para calar en el corazón de los románticos incurables y de los que busquen films con detalles fantásticos para añadir interés a la película, finalizando una obra curiosa y llena de momentos atractivos que dejan al espectador con una grata sensación tras su visionado. Esto se lleva a cabo con una narrativa con voz en off que acompaña al film para ir explicando todo con tono afable y profundo, añadiendo además intriga y majestuosidad al film. Cabe destacar también, el montaje lineal y seguido con algunos flash-backs recordatorios de la protagonista para situar al público.
En conclusión, la considero una obra inesperadamente bella y encantadora que sin brillo pero si con atractivo llega al corazón de los sentimentales ávidos de cintas románticas que entretienen y dejan una buena sensación tras su visionado. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, planos, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que vuelven a El secreto de Adaline, en un film hermoso y cumplidor que merece la pena ser visto por los buscadores de amor y efectismo con toques fantásticos en estado puro.