Ese oscuro objeto del deseo de Luis Buñuel, es un drama original y distinto. Dirigida con un ritmo paulatino, y a su forma personal y propia de hacer cine, consigue definir su último film de forma inteligente y lúcida, con un buen resultado digno de un director sin igual.
El guion, escrito por él mismo junto con Jean-Claude Carrière de la novela de Pierre Louys, tiene toques surrealistas e insólitos, de los que caracterizan al director, sin dar todas las explicaciones sobre el porqué de alguna diferencia en su film. Simplemente dejando al espectador preguntándose sobre el significado o el simbolismo de lo que representa.
Las actuaciones, con Fernando Rey en su línea habitual, realiza un gran papel, lustroso y convincente, Ángela Molina sensual, natural y muy apropiada para su papel, y Carole Bouquet fría y sensible. Con vestuarios elegantes y distinguidos, y desde luego evocadores y alusivos junto con los decorados a la trama en cuestión, dependiendo de donde se desarrolle.
La fotografía, es competente y eficiente, muy lumínica y con espléndido resultado, por estar estéticamente bien elaborada. Y la música, es escasa, pero sugerente a la acción. Destacando también, una narrativa explicativa y afectuosa aunque sarcástica, unos diálogos ingeniosos e irónicos, y el uso en el montaje de flash-back orientativos.
Por lo que, en definitiva. la considero una obra extraña e inusitada, en la línea fílmica de Buñuel, con algunos momentos surrealistas, y desde luego entretenida y enigmática. Recomendable para los seguidores del director, y para los que buscan un cine original y distinto, con buenas actuaciones, y sin mucha explicación sobre su significado.