Aladdin de John Musker y Ron Clements, es un film musical de animación y aventuras. Llevado a cabo con un ritmo trepidante, es íntima y particular, y con un resultado asombroso y sorprendente que cala en todos los públicos de forma sensacional, ya que tanto su música, como sus personajes, llegan al corazón de los espectadores.
La fotografía de animación, es llamativa, colorida y llena de detalles atractivos que agradan al público, tanto por su belleza, como por su humor pícaro. Y la música, es bella y hermosa como en pocas películas de Disney, con canciones inolvidables en su interior que serán recordadas aún con el paso de los años, ya que es cautivadora, sentimental, y por supuesto divertida.
Las caracterizaciones y vestuarios de los personajes animados, son alusivos al momento en el que se centra la acción, y dichos personajes, son genuinos, carismáticos e indelebles, con el genio acaparando con burla la atención del público. Siendo brillante y estelar cuando aparece, y siendo el principal atractivo, y también Aladdin y la princesa Yasmin, llevando a cabo una de las historias de amor más tiernas que se recuerdan en la animación.
El guion, es entrañable y conmovedor, realizado con acierto, y aún siendo predecible es cercano y jocoso. Y los diálogos, son lo mejor del film con diferencia, ya que son dicharacheros, chispeantes e ingeniosos, y serán recordados y alabados por todas las generaciones.
Por lo que, sin lugar a dudas, es una de las obras imprescindibles de Disney, fantástica, magistral y apasionante de principio a fin. Llena de canciones para el recuerdo, y con un genio divertido y carismático que gustará a todos. Totalmente recomendable por entretener, amenizar y conmover a los públicos de todas las edades y condiciones.