El mismo amor, la misma lluvia de Juan José Campanella es un drama romántico con tintes de comedia basado en la historia de un escrito argentino de cierto éxito en los años 80 y 90 y sus vivencias amistosas y amorosas. Dirigida con un ritmo activo y con un estilo personal y propio del director, es una obra bella y emotiva que coloca una historia emotiva dentro de un trasfondo histórico importante del país, cautivando a los seguidores del género y del director con una buena trama y estupendas interpretaciones, sobre todo de los principales, concluyendo un magnífico film que es de los más destacables del director y deja buenas vibraciones tras su visionado.
La fotografía es sugestiva y está bien cuidada en detalles de cada época, transportándote gracias a una labor estéticamente apropiada en la que se nota claramente el paso de los años en los personajes. La música es conmovedora y clásica gracias a sus bellas y agraciadas melodías que son tranquilizadoras en gran parte del film, añadiendo también nostalgia y dulzura según el momento de la acción, logrando así una encantadora labor que acompaña el film en los momentos oportunos. Los planos y movimientos de cámara consuman una buena labor técnica mediante el uso de los primeros y primerísimos planos, reconocimiento, generales, avanti, retroceso, subjetivos, tercera persona y cámara en mano que se centra en sacar lo mejor de las interpretaciones.
Las actuaciones son naturales y creíbles. Como protagonistas Ricardo Darín está auténtico y convincente en su línea acostumbrada y Soledad Villamil está sensible y sincera en su tarea, siendo acertados los acompañamientos de Ulises Dumont, Eduardo Blanco, Alfonso De Grazia, Alicia Zanca y Rodrigo de la Serna entre otros. Emplea para estos la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y alusivos de los años 80 y 90 en una labor bien trabajada que junto con los oportunos decorados y exteriores te transportan al momento y lugar en cuestión.
El guion, escrito por el director junto con Fernando Castets, es bello en su historia de amor y desamor y con el interés sumado de suceder en un momento histórico señalado de Argentina, consiguiendo mantener atento hasta su desenlace no solo a los amantes del género sino al público en general, finalizando así lo que sin duda es uno de los films más destacables del director. Esto se lleva a cabo con una narrativa con voz en off del protagonista explicativa de lo sucedido, siendo el resto expresiva y sugestiva del lugar en una directa y en ocasiones campechana labor lingüística que habla a voces en todo momento de la procedencia de los protagonistas.
Para finalizar, la considero una obra hermosa y algo sentimental que cautiva con mucho estilo y eficacia al público tanto por su historia de amor, trasfondo histórico y el paso de los años en el desarrollo de los personajes y sus relaciones, dejando al público con gran recuerdo y sabor de boca tras su visionado. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, planos, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que convierten a El mismo amor, la misma lluvia, en un film atractivo y romántico para deleite de los seguidores del género y del director en cuestión.