Carmina o revienta de Paco León, es una comedia dramática y un falso documental que entremezcla la realidad y la ficción. Dirigida con un ritmo moderado y pausado, y con un estilo muy subjetivo y personal, es una obra osada y valiente por estar llevada a cabo con mucha sinceridad, siendo en definitiva un admirable y competente primer trabajo detrás de la cámara. Realizada de forma espléndida y perspicaz, tiene un resultado provocador e irresistible que gusta ver por estar repleto de extrema realidad y humor ácido.
La fotografía, es original e informal, con imágenes estimulantes y sugerentes que desconciertan en ocasiones al público, siendo por tanto idónea y estéticamente apropiada para la trama. La música, es variada y rítmica, con sonidos arrolladores y sugestivos y algunos típicos del lugar en cuestión. Y los planos y movimientos de cámara, son admirables y bien cuidados al usar con mucho acierto el detalle, primeros planos, reconocimiento y cámara en mano que da dinamismo y dramatismo al film.
Las actuaciones, son naturales y auténticas. Con Carmina Barrios genuina y cautivadora en su propia personalidad, María León cumplidora y convincente y apropiados acompañamientos de Paco Casaus, Ana María García, Paqui Montoya, Guillermo Weickert, Mari Paz Sayago y Miguel Alcíbar. Empleando para estos, unos vestuarios y caracterizaciones evocadores y humildes, transportándote al lugar con mucho oficio. Y destacando también, un montaje que presenta a los personajes, y con flash-back para poner al espectador en antecedentes.
El guion, escrito por el mismo director, mezcla de manera atractiva la realidad y la ficción, ya que cuenta anécdotas personales ciertas, mezcladas con una ficción que es en realidad muy cercana a lo que realmente ocurre en nuestras calles. Argumentado con originalidad e imaginación, y con auténticos toques hilarantes e incitadores de las propias vivencias de la protagonista. Y es llevada a cabo con una narrativa mirando a la cámara, que es explicativa y expresiva, mostrando la desesperanza y la lucha con sencillez y naturalidad, y marcando con esta las personalidades de los protagonistas. Y tiene unos diálogos espontáneos y ocurrentes, que aunque en ocasiones sean desagradables, están llenos de jocosidad y humor ácido por lo avispado que son los personajes.
En conclusión, lo considero un digno primer largometraje de Paco León, realizado con naturalidad y acierto en un humor ingenioso y efectivo que logra captar la total atención del espectador, y con un final que no decepciona y divierte. Recomendable por sus actuaciones, planos, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones, montaje y diálogos que vuelven a Carmina o revienta, en un film entretenido e hilarante que merece la pena descubrir, y que puede ser la opera prima de un director distinto, fresco y valiente, con mucho que ofrecer a los seguidores del cine poco convencional.