No es ninguna casualidad que Traffic ganara 4 oscars, entre los que destacan tanto el de mejor director para Steven Soderbergh, por una dirección ambiciosa y sorprendente, y el de mejor actor de reparto para Benecio Del Toro, por una interpretación convincente y acertada. El guión también es un punto fuerte siendo una buena mezcla de historias que indirectamente se entrecruzan, retratando el marco de la droga desde varios puntos de vista, y con un argumento interesante y creíble. Tampoco pasará desapercibido un gran trabajo de fotografía y unos movimientos de cámara que darán realismo a los momentos de acción con planos en movimiento. Y por supuesto la música, que acompaña de forma evocadora y estimulante en las situaciones en la que es requerida sin llegar a ser protagonista en ninguna escena, pero haciéndose imprescindible. Una cinta que se puede considerar como algo más que un entretenido thriller o drama de drogas, con un final eso sí, quizás algo más light de lo que te esperas a medida que se va calentando la trama, pero bastante recomendable en líneas generales, y desde luego no decepciona.