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Voto de Pilareos:
9
2013
Michael Hirst (Creador), Ken Girotti ...
7,5
34.578
Serie de TV. Acción. Drama. Bélico
Serie de TV (2013-2020). 6 temporadas. 89 episodios. Narra las aventuras del héroe Ragnar Lothbrok, de sus hermanos vikingos y su familia, cuando él se subleva para convertirse en el rey de las tribus vikingas. Además de ser un guerrero valiente, Ragnar encarna las tradiciones nórdicas de la devoción a los dioses. Según la leyenda era descendiente directo del dios Odín. Sexta temporada (SPOILER DE LA 5ª): La temporada 6 de Vikings ... [+]
14 de julio de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la segunda vez que Michael Hirst cimenta bien el argumento de una serie de televisión gracias a una mezcla de rigor histórico, perfecta ambientación y excelente puesta en escena. Ya puso en marcha esta técnica para construir la exitosa ‘Los Tudor’ y, habiendo comprobado su eficacia, no ha dudado en volverla a utilizar para erigir su nueva apuesta, ‘Vikingos’.
La acción transcurre en el S.IX d.c y está basada en los saqueos de las tribus vikingas escandinavas a los reinos de Francia y Bretaña. Dichas incursiones son documentadas a través de Ragnar Lodbrok, un vikingo que pasó a la historia por ser un guerrero tenaz, rebelde y lo suficientemente curioso como para lanzarse a explorar territorios desconocidos haciendo uso de las técnicas de navegación más innovadoras.
Ragnar es un humilde granjero que vive en Kattegat junto con su esposa, la escudera lagertha y sus dos hijos, Bjorn y Guida. Cuando llega el momento de que el conde Haraldson, el jefe de la tribu a la que pertenece Ragnar, decida acerca de los saqueos de la temporada Lodbrok propone ir a explorar nuevos territorios hacia el oeste, idea que el conde rechaza de inmediato. Insatisfecho con la respuesta obtenida, Ragnar desobedece a Haraldson. En secreto reúne a un equipo de guerreros que, en un barco construido por Floki el carpintero, le acompañarán en una travesía hacia tierras inexploradas del oeste. Hasta ahí el planteamiento del primer capítulo y de la serie, que se va complicando en gran medida a lo largo de las tres temporadas.
Quien pasa del cuarto episodio se convierte inevitablemente en un auténtico vikingo. Conforme se van sucediendo las andanzas de Ragnar nos vamos introduciendo en la cultura de los norteños, sus costumbres y creencias. Nos vamos dejando atrapar por las espadas, los escudos, las frondosas barbas y las trenzas en el pelo, las pieles y la pintura de los ojos. Las historias de los dioses van calando, empezamos a notar la influencia que Odín, Freya, Thor y Loki ejercen sobre nosotros desde los salones del Valhalla. Empieza a embargarnos un desdén irrefrenable hacia las refinadas formas de los cristianos. Una sed de sangre, batalla y oro nos ahoga. Y al final resulta que no podemos pensar en otra cosa más que en saquear y fornicar antes de ofrecer un sacrificio a los dioses.
Muy pocas series consiguen que el espectador implore formar parte de ellas, pero ‘Vikingos’ lo logra con éxito. Los bellísimos paisajes de Irlanda recrean a la perfección los territorios de la antigua Escandinavia. Vestuario y decorados gozan de un gran realismo. La escenografía es excelente, destacando por su atmósfera hipnotizante las escenas referidas a rituales y contacto con las divinidades. Las correctísimas interpretaciones de los actores son de agradecer, el veterano Gabriel Byrne cumple como siempre en su papel de Jarl Haraldson y Travis Fimmel logra con éxito transformarse en un carismático e impredecible Ragnar Lodbrok. Pero lo que más complace es el descubrimiento del sueco Gustaf Skarsgard, cuya interpretación del excéntrico Floki ha dejado a más de uno boquiabierto.
Quizá es cierto que cuesta identificarse con los personajes porque a la mayoría no se les llega a conocer del todo, pero hay que tener en cuenta que esta no es una serie intimista. En ningún momento se pretende que comprendamos a los protagonistas y ni mucho menos que les cojamos cariño, sino que disfrutemos viéndoles desenvolverse en el salvaje mundo de los vikingos. Otro detalle que parece incordiar a unos cuantos es que se dejan algunos cabos sueltos y que los protagonistas no son explícitos, tampoco sus diálogos. Para los espectadores a los que no nos gusta que nos den todo mascado y regurgitado, esto no es sino un punto a favor. Muchas veces es más inteligente sugerir que mostrar. Algunos disfrutamos tratando de comprender nosotros mismos a los personajes, sin que los realizadores nos fuercen a la comprensión en una dirección determinada. Esto puede hacer que el guion llegue a flaquear en ciertas ocasiones, pero la documentación y la contextualización histórica logran compensarlo.
Sigo en el spoiler.
La acción transcurre en el S.IX d.c y está basada en los saqueos de las tribus vikingas escandinavas a los reinos de Francia y Bretaña. Dichas incursiones son documentadas a través de Ragnar Lodbrok, un vikingo que pasó a la historia por ser un guerrero tenaz, rebelde y lo suficientemente curioso como para lanzarse a explorar territorios desconocidos haciendo uso de las técnicas de navegación más innovadoras.
Ragnar es un humilde granjero que vive en Kattegat junto con su esposa, la escudera lagertha y sus dos hijos, Bjorn y Guida. Cuando llega el momento de que el conde Haraldson, el jefe de la tribu a la que pertenece Ragnar, decida acerca de los saqueos de la temporada Lodbrok propone ir a explorar nuevos territorios hacia el oeste, idea que el conde rechaza de inmediato. Insatisfecho con la respuesta obtenida, Ragnar desobedece a Haraldson. En secreto reúne a un equipo de guerreros que, en un barco construido por Floki el carpintero, le acompañarán en una travesía hacia tierras inexploradas del oeste. Hasta ahí el planteamiento del primer capítulo y de la serie, que se va complicando en gran medida a lo largo de las tres temporadas.
Quien pasa del cuarto episodio se convierte inevitablemente en un auténtico vikingo. Conforme se van sucediendo las andanzas de Ragnar nos vamos introduciendo en la cultura de los norteños, sus costumbres y creencias. Nos vamos dejando atrapar por las espadas, los escudos, las frondosas barbas y las trenzas en el pelo, las pieles y la pintura de los ojos. Las historias de los dioses van calando, empezamos a notar la influencia que Odín, Freya, Thor y Loki ejercen sobre nosotros desde los salones del Valhalla. Empieza a embargarnos un desdén irrefrenable hacia las refinadas formas de los cristianos. Una sed de sangre, batalla y oro nos ahoga. Y al final resulta que no podemos pensar en otra cosa más que en saquear y fornicar antes de ofrecer un sacrificio a los dioses.
Muy pocas series consiguen que el espectador implore formar parte de ellas, pero ‘Vikingos’ lo logra con éxito. Los bellísimos paisajes de Irlanda recrean a la perfección los territorios de la antigua Escandinavia. Vestuario y decorados gozan de un gran realismo. La escenografía es excelente, destacando por su atmósfera hipnotizante las escenas referidas a rituales y contacto con las divinidades. Las correctísimas interpretaciones de los actores son de agradecer, el veterano Gabriel Byrne cumple como siempre en su papel de Jarl Haraldson y Travis Fimmel logra con éxito transformarse en un carismático e impredecible Ragnar Lodbrok. Pero lo que más complace es el descubrimiento del sueco Gustaf Skarsgard, cuya interpretación del excéntrico Floki ha dejado a más de uno boquiabierto.
Quizá es cierto que cuesta identificarse con los personajes porque a la mayoría no se les llega a conocer del todo, pero hay que tener en cuenta que esta no es una serie intimista. En ningún momento se pretende que comprendamos a los protagonistas y ni mucho menos que les cojamos cariño, sino que disfrutemos viéndoles desenvolverse en el salvaje mundo de los vikingos. Otro detalle que parece incordiar a unos cuantos es que se dejan algunos cabos sueltos y que los protagonistas no son explícitos, tampoco sus diálogos. Para los espectadores a los que no nos gusta que nos den todo mascado y regurgitado, esto no es sino un punto a favor. Muchas veces es más inteligente sugerir que mostrar. Algunos disfrutamos tratando de comprender nosotros mismos a los personajes, sin que los realizadores nos fuercen a la comprensión en una dirección determinada. Esto puede hacer que el guion llegue a flaquear en ciertas ocasiones, pero la documentación y la contextualización histórica logran compensarlo.
Sigo en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Probablemente, la clave de que Hirst convierta en joya todo lo que produce esté en una máxima bastante simple que muchos realizadores parecen no terminar de comprender: La calidad siempre debe anteponerse a la búsqueda desesperada de audiencias. Afortunadamente esto es algo que la industria británica tiene asimilado, materializándolo en series del calibre de ‘Downton Abbey’, ‘Sherlock’, ‘Skins’, ‘Doctor who’,’Misfits’ y un largo etcétera. Porque cuando la calidad está presente el reconocimiento está asegurado, viene por sí solo. Ese, por supuesto, no es el estilo de la mayoría de series americanas, que invocan el reconocimiento antes si quiera de haber puesto en marcha el proyecto. La inteligencia de los estadounidenses a la hora de crear radica en que saben perfectamente lo que funciona, lo que nos gusta y lo que demandamos, por lo que no tienen más que ejecutarlo y sentarse con los brazos abiertos a esperar los aplausos. No obstante, el gran atractivo de un producto no garantiza que dicho producto tenga una calidad superior al resto. En otras palabras y sin más preámbulos: que ‘Juego de tronos’ cumpla con las máximas indispensables para enganchar al espectador no quiere decir que esta sea mejor que ‘Vikingos’. La primera constituye un culebrón muy entretenido y la segunda es una estupenda reconstrucción histórica en la que se dan una serie de situaciones ficticias, pensadas también para entretener. Por ello resulta incomprensible que la crítica se empeñe en comparar a ambas series y que el argumento de los críticos americanos a la hora de valorar a la de Michael Hirst se base en la evidencia de que esta no es la de George R. R Martin.
Los únicos elementos que comparten las dos producciones son sexo desenfrenado, sangre, lucha y traición. Aunque en ‘Vikingos’ están justificados y bien tratados a diferencia de en ‘Juego de tronos’, cuyos guionistas parecen haber dado rienda suelta al maltrato femenino aun no apareciendo este de forma tan desmesurada en los libros.
En definitiva, puede decirse que los más aventureros quedarán más que satisfechos con las andanzas épicas de Ragnar Lodbrok y sus compañeros vikingos. La calidad del rodaje les hará elevarse de placer hasta las puertas del Valhalla para suplicar a los Ases que se den prisa en estrenar la cuarta temporada.
Los únicos elementos que comparten las dos producciones son sexo desenfrenado, sangre, lucha y traición. Aunque en ‘Vikingos’ están justificados y bien tratados a diferencia de en ‘Juego de tronos’, cuyos guionistas parecen haber dado rienda suelta al maltrato femenino aun no apareciendo este de forma tan desmesurada en los libros.
En definitiva, puede decirse que los más aventureros quedarán más que satisfechos con las andanzas épicas de Ragnar Lodbrok y sus compañeros vikingos. La calidad del rodaje les hará elevarse de placer hasta las puertas del Valhalla para suplicar a los Ases que se den prisa en estrenar la cuarta temporada.