Magnífica sorpresa la que me llevé al ver el primer capítulo de Sherlock después de oír estupendas críticas y comentarios muy positivos. Como siempre, mis primeras impresiones son las de desconfianza. Pero he aquí que se disiparon por completo tras empezar a ver el primer capítulo. No me lo esperaba, de verdad.

El personaje de Sherlock Holmes es uno de los más adaptados al cine y en muchas versiones diferentes. Aquí se nos presenta a un Sherlock moderno, al tanto de los últimos avances en tecnología y con un dominio absoluto de literatura y ciencias. Pero su capacidad deductiva sigue siendo la misma, y eso no defraudará a los fans. Es ácido, sarcástico, mordaz y divertido. Es insoportable en ocasiones, burlón al máximo y, por supuesto, sorprendente en grado sumo. No dejan de fascinar sus razonamientos, que acuden a su mente rápidos como el rayo, y somos muchos los que, mientras vemos la serie, jugamos a acertar quién anda detrás del misterio de la semana y buscamos adelantarnos al inalcanzable Sherlock Holmes.

Un placer para la vista y una agradable novedad dentro del panorama televisivo. Espero que la segunda temporada sea igual de buena.